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Nacionales

Familias de Puerto Viejo toman agua con químicos

Proyecto Naciente Cascante es su única salvación

  • Doña Esmelda le da gracias a Dios cada vez que llueve porque recoge agua y no tiene que usar el pozo. (Fotos: David Barrantes)

  • Noemy Arias mostraba el líquido contaminado con químicos que toman e invitó a las autoridades de Salud a tomarse un trago

Ayer le contamos cómo un pleito entre Asadas tiene en vilo a poco más de 27 mil lugareños en Sarapiquí, pero que además la impugnación de una asamblea con personas que ni siquiera estuvieron presentes en la votación podría traerse abajo el proyecto que les llevaría el agua a todas estas familias.

 

Marcia Durán no estuvo en la asamblea y fue clara en que el administrador de la Asada de Puerto Viejo, Carlos Peraza, la buscó. “Cómo es que yo aparezco en ese papel, si ni siquiera fui a la asamblea, a mí me asustaron diciendo que mi vida podía correr peligro, es más, luego en una reunión el lunes siguiente llevaron a la directiva de la Asada y ahí les pregunté por qué yo aparecía en la lista si no fui y solo hubo silencio”, sentenció la mujer.

 

Peraza negó haber buscado a Durán y ponerla a firmar, “¿yo, poner a firmar?, no. Lo único en que he participado era para que fueran a la asamblea constitutiva para que se dirigieran a la iglesia Fuente de Vida en Chilamate”.

 

 

FAMILIAS TEMEROSAS

 

 

Esta situación se quedó atrás cuando El Periódico de Más Venta en Costa Rica decidió constatar de primera mano el problema que vivían estas 27 mil personas, que están en peligro de quedarse sin un proyecto que les lleve el vital líquido.

 

Yazmina Obando es una luchadora incansable de estas injusticias, la mujer residente de Las Plataneras dijo que han visto llegar este proyecto en 30 años, son 67 familias asentadas en el lugar, donde al menos hay 3 niños en promedio por familia, el agua que toman es llovida, en el mejor de los casos, sino de los pozos, donde las enfermedades hacen cola, pues constantemente viven con vómito, diarreas. Lo peor del caso es que cuando van a la Clínica de Puerto Viejo los regresan porque ya no hay campo para que los atiendan y les dicen “regresen mañana”.

 

 

EL COYOL

 

 

Otro caso no menos triste es el de Esmelda Rosa Lumbi, ella vive en el precario El Coyol, de Puerto Viejo, desde hace 10 años, acompañada de su esposo y sus dos hijos, el día que hicimos este reportaje casualmente caía un aguacero y lejos de entristecerse la mujer y su familia brincaban de la alegría porque el líquido que venía del cielo le permitiría almacenar para varios días y así lavar la ropa, bañarse y preparar los alimentos.

 

“Cuando no llueve estamos como en verano, el agua se pone chocolate y tenemos que comprar la pichinga en la pulpe, que sale a ¢1.300 c/u a diario. Mi esposo es la única entrada para mantenernos a todos, mi hija estudia y acá el trabajo escasea. Esta casa no es mía, es de una hermana que me ayuda y todavía nos quieren quitar el proyecto, imagínese cómo hacer”.

 

 

LOS LIRIOS

 

 

En otro poblado denominado Los Lirios, la situación no es menos angustiante y el miedo también se apodera de los 2.800 habitantes. Noemy Arias es la presidenta de la Asociación de Desarrollo, con más de 19 años de vivir en el lugar, e indicó que el asentamiento de Los Lirios es una finca en medio de las plantaciones de banano, no hay agua potable, toman el líquido de pozos artesanales, esta huele a azufre, algunas veces a “charco estancado”, la gente coge de la lluvia para lavar trastes, ropa y poder cocinar.

 

“Cuando acudimos al AyA (Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados) para que nos ayudarán con un pozo, nos dijeron que era imposible por un problema y esperáramos a que viniera el Megaproyecto Cascante y acá estamos esperando”.

 

Arias contó que las enfermedades son comunes, que el agua huela a azufre, se debe a los contaminantes químicos que echan las bananeras para preservar las plantaciones, pero son absorbidos por la tierra y llegan hasta los pozos donde ellos se abastecen.

 

Diana Alfaro no escapa del problema, tiene a su pequeña Dayana con una enfermedad en la piel, los doctores la quieren mandar a San José, porque le dan alergias, salpullido, vómitos; el índice por úlceras en este sitio es alto en los niños y para peores la explotación laboral hace que estas familias ganen poco e inviertan mucho, pues con tres incapacidades los despiden y a aquellos mayores de 40 años no les dan trabajo. Muchos no tienen qué comer y al final su único ruego es que el AyA intervenga, pare el pleito de Asadas y ver salir agua limpia de sus tubos.

PERIODISTA: Alexander Méndez

EMAIL: [email protected]

Jueves 05 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM

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