Las historias de las víctimas que tuvieron la mala suerte de encontrarse en el camino con Hernández, detenido por supuesta extorsión, coinciden en varios elementos.
Ellos adquirían una deuda con esta persona en dólares, pero al cabo de algunos días las sumas se multiplicaban de manera inexplicable hasta llegar a montos de $50 mil (unos ¢27 millones) o más y el detenido exigía que le pagaran esa suma, al parecer antojadiza, de lo contrario no solo los mataría a ellos sino también a sus familiares.
Esta pesadilla la vivió una persona que pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad, sobre todo porque este sujeto no trabajaba solo y los otros aún están en la calle.
Esta víctima asegura que debió cambiarse de casa, dejar la propiedad que con tanto esfuerzo construyó, para empezar de nuevo, al lado de su mamá y sus tres hijos. Además de eso, cambiaron el carro y hasta los celulares para que no los localizara el supuesto sicario.
“A mí me balearon la casa en dos ocasiones y el carro en una; en ese momento mi hijo y yo teníamos cinco minutos de haber ingresado a la casa, si no, no quiero ni pensar en qué hubiese sucedido”, narró este hombre, quien aún está afectado por lo que sucedió.
Agregó que hasta su madre, quien es una adulta mayor de 83 años, recibió la llamada de Hernández y en ocasiones de otras personas, una de las cuales al parecer tenía acento colombiano, quienes en momentos distintos “le dijeron que me iban a buscar para matarme y que si no, lo harían con mis hijos. Eso claro que la afectó mucho”.
Esta víctima dijo que el conoció al detenido por medio de un amigo y le compró un carro, con lo que adquirió una deuda de $20 mil. Al igual que en los demás casos, de la noche a la mañana ese monto se incrementó y las llamadas amenazantes eran al menos 10 por día.
“Yo ya no sabía qué hacer. No dormía, siempre estaba pendiente de quién caminaba cerca mío o de algún vehículo que pasara cerca de mí”, agregó.
El estrés, la depresión y el miedo lo acompañaron durante dos años.
En ese tiempo la víctima, atemorizado por lo que podía sucederle a su hija mayor de edad, a sus dos hijos menores de 18 o a su mamá, le hizo algunos abonos a la deuda que tenía con Hernández, pero la extorsión no cesó hasta que dejó atrás el lugar donde vivió y se cambió de vecindad.
NUEVO LÍDER DE LA ULTRA
Quienes conocen a la persona que los amenazaba manifiestan que él siempre decía tener amigos más poderosos que él y se refería presuntamente a sicarios y narcotraficantes.
También en varias ocasiones lo vieron en compañía del líder de la nueva Ultra, quien es uno de los sujetos más buscados e incluso tiene orden de captura.
Según algunas de las víctimas del detenido, a diario se les veía juntos pero también dijo tener amigos en algunas de las barriadas más conflictivas de San José ubicadas en Paso Ancho, Alajuelita, Desamparados y Cañada del Sur.
Se investiga si aparte de las extorsiones habría algún homicidio de por medio, ya que el grupo es muy grande y si además habría venta de droga.
