Un tema que no se discute abiertamente, pero sí en círculos privados de profesionales, familiares, aulas universitarias, de amigos o incluso en algunas iglesias es el de la eutanasia.
En una reciente encuesta realizada por la CID-Gallup, efectuada a 1.212 personas en nivel nacional arrojó que existe una polarización en el tema, pues mientras que hay un 49% que se expresa entre muy y algo desacuerdo, existe por otro lado, un 47% de la población que está entre muy y algo de acuerdo, a los que se les suma un 3% que prefirió no responder o indicaron que no sabían del tema.
De la totalidad de los entrevistados, el 39% indicó que está muy en desacuerdo con la posibilidad de aplicar la eutanasia y el 10% se mostró algo desacuerdo.
En lo referente a los que externaron su aprobación un 19% dijo que estaba algo de acuerdo y un 28% muy de acuerdo.
El Diccionario de la Real Academia Española define la eutanasia como “acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él” y también como “muerte sin sufrimiento físico”.
NO ES NEGOCIABLE
Glenm Gómez, vocero del Arzobispado de San José, manifestó que la situación se da por el enfoque que le dan los medios al tema de la eutanasia, pues explicó que se presenta con un argumento de “tipo sentimental”, con lo cual mueve emociones.
“Mientras que el postulado y ética cristiana, con un trasfondo humanista se insiste en que la vida es un don de Dios y que nadie puede deliberadamente atentar contra ella. Es un tema de enfoques. En el caso de la iglesia hay un argumento ético, desde los postulados generales lo que uno ve es un tema de índole emocional y creo que eso puede incidir mucho”, afirmó Gómez.
Añadió que cuando la eutanasia se plantea como un derecho a morir dignamente eso le da un giro conceptual. “Hay un marco cultural hoy en el tema de la eutanasia, a la gente se le ha sensibilizado y se le ha planteado como el derecho al bien morir. Nosotros no podemos diezmar en cuanto a la formación se refiere, el tema de la vida no es negociable para la iglesia.
A lo que la iglesia le corresponde es insistir en el valor de la vida, en el tema de la enfermedad como prueba y eso pasa también por el llamado altruista de los familiares respecto al enfermo, es decir, los valores del reino se seguirán anunciando”, reafirmó Gómez.
CAMBIAN CREENCIAS
Para Guillermo Acuña, director del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional (UNA) comentó que los resultados de la encuesta en el tema lo que evidencian es un proceso de transformación de las estructuras de creencias y de valores del costarricense que se han ido modificando en el tiempo.
“Tenemos entre 30 años y 35 años de estar experimentando una serie de transformaciones y modificaciones tanto en la forma en que las personas se manifiestan y a nivel social y colectivo. Esta modificación en el sistema de creencias y valores costarricenses está muy ligada al distanciamiento que está teniendo el costarricense promedio con las prácticas religiosas tradicionales. Ese tema estuvo, por muchos años, colocado en el escenario como de lo que era moral e inmoralmente realizable, es decir, para un católico ferviente y practicante la eutanasia no tendría cabida”, enfatizó Acuña.
Por otro lado, Acuña reseñó que el tema pudo haberse posicionado por la existencia de una mayor consciencia de los derechos que asisten a la persona como ser humano.
“Hay más consciencia de los derechos que le asisten como persona y entonces como estamos hablando de derechos humanos, hay el derecho a vivir, pero también el derecho de poder decidir uno las condiciones en las cuales morir, por lo que creo yo que es un tema que dejó de ser moral y cae dentro del derecho humano”, refirió Acuña.
PERIODISTA: Krissia Morris Gray
EMAIL: [email protected]
Viernes 23 Enero, 2015
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA