El elefante y la casa de cristal

¿Recuerdan aquel brioso elefante que irrumpe a toda velocidad en el salón de las porcelanas? Ese es el mejor símil que se viene a la cabeza para describir la gestión del primer gobierno del PAC.

El último y quizás más acongojante episodio lo desencadena la carta que le envió el Presidente al diputado de gobierno Ottón Solís, en la que le exige una disculpa por algo que según Ottón no hizo.

Por un lado tenemos la excitativa presidencial en la que demanda una disculpa “inmediata y contundente” y por el otro la negativa del diputado a ofrecerla. Una negativa que de mantenerse, dejaría muy mal parado al Presidente.

Una tragicomedia, tan innecesaria como torpe.

¿Quién aconseja al Presidente, qué hace el séquito de asesores de comunicación, por qué a estas alturas no ha podido el gobierno encontrar siquiera un vocero bueno? A confesión de parte relevo de prueba. Fue la propia vicepresidenta Ana Helena Chacón quien aseguró hace unos días en un medio nacional que “el gobierno ha hecho cosas buenas pero no han sabido comunicarlas bien”.

Conviene además reflexionar sobre el hecho de que el presidente Solís arremete contra Ottón en momentos en los que su imagen va en caída mientras que la del diputado sube como la espuma, gracias a que tirios y troyanos reconocen que fue Ottón quien sacó la cara por el gobierno para liderar responsable y exitosamente las tareas del presupuesto, incluso aquellas que le correspondían al Ministro de Hacienda, quien sigue en un avión, surcando los cielos, mientras que en el país arde Troya con un tema de su resorte.

La ilusión que abrigamos prácticamente todos los costarricenses por el cambio ha quedado hecha trizas bajo los anchos pies del elefante. Hoy vemos con angustia y preocupación cómo aquellos errores, contradicciones, pleitos y desaciertos de la nueva administración, han dejado de ser ocurrencias o “novatadas” para convertirse, ahora sí, en un serio problema estructural que nos debe preocupar a todos.

Tres interrogantes flotan en el aire. ¿Será este el fin de la relación entre el fundador del partido y el Presidente? ¿Llegaremos a saber algún día los costarricenses si los “hombres del Presidente” que atacaron a Ottón fueron mandados o fueron pecadores? ¿Seguirá don Luis Guillermo con su empecinamiento por mantener a jerarcas que no dan la talla, dejando al descubierto de que con Costa Rica sí se juega?

Los actores son muchos, los escenarios diferentes, los desafíos mayúsculos, pero cuando caiga el telón la responsabilidad última recaerá en el Presidente. En ese preciso instante sabremos los costarricenses si se alcanzó el tan anhelado cambio o si fue más de lo mismo, en cuyo caso, el primer gobierno del PAC habría condenado al país a un oscuro destino sin retorno.

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Miércoles 22 Octubre, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Ana Madrigal / [email protected]