Desde muy niña Marianela Araya Rodríguez se dejó seducir por el arbitraje. Estando en la escuela no se perdía un partido de fútbol para ver el personaje que vestía de negro, corría por el campo con silbato en mano, que de vez en cuando se metía la mano en la bola para sacar una tarjeta y se mostraba vigilante para señalar cualquier infractor.
Araya seguía cuidadosamente el árbitro, a diferencia de otras personas que ven un partido atentas a celebrar un gol o hacerle porras a su jugador favorito.
Ella no. Su atención la tenía otro protagonista en el campo. “Para mí el arbitraje es una pasión”, dice Araya con convicción a DIARIO EXTRA.
SU PRIMERA VEZ
Marianela cumplió el domingo el sueño de integrar el cuarteto arbitral en un partido de primera división. Ocupó el puesto de cuarto árbitro en el choque que protagonizaron Belén y Carmelita en el estadio Carlos Alvarado.
Esa fue su primera vez en la máxima categoría, por lo que de seguro esa fecha la grabará en su memoria siempre.
“De pequeña, cuando estaba en la escuela veía los partidos de fútbol para seguir al árbitro”, cuenta la réferi.
Para ella el arbitraje es su segunda profesión y agradece a la Comisión que le dé la confianza de dirigir en la división de honor.
“El arbitraje ha sido importante para mí, me ha ayudado en mi formación, porque ser árbitro conlleva una responsabilidad y disciplina, y me ha contribuido en mi vida en general, como mujer”, dice la dama, quien es profesora de contabilidad y finanzas, y estudiante de portugués.
Hace 10 años tuvo su primer contacto formal con el arbitraje, aunque siempre le llamó la atención. Un compañero suyo del cole fue responsable, pues la invitó llevándola a una de las subcomisiones. Desde entonces se ha esforzado pensando en cumplir el objetivo de dirigir en primera.
En Segunda División rompió el hielo. Le ha tocado dirigir algunos partidos de esta categoría y se siente lista para dar el salto definitivo.
Haber estado el domingo en el Carlos Alvarado la dejó antojada y espera repetirlo más seguido.
“Fue una noticia muy importante y bonita, tengo 10 años de estar trabajando en lo que es el arbitraje y al tener la oportunidad y la confianza de la Comisión de Arbitraje para mostrarme en primera es algo motivante”, dijo la arbitro, oriunda de Alajuela, hija de Rogelio Araya y Marianela Cruz.
Ahora se enfoca en consolidarse y darle más motivos a la Comisión para que la siga tomando en cuenta.
“Lo que quiero es ganarme un nombre, un campo a nivel internacional y nacional; consolidarme en Liga de Ascenso y ganarme una oportunidad en primera división, estar dirigiendo, y asistir a otro mundial”, señaló Marianela, quien participó en el Mundial Sub 17 en nuestro país al obtener este año el gafete FIFA.
Cuenta que ha seguido un proceso largo del que ahora está viendo los resultados.
Con sus compañeros lleva una buena relación, de respeto. En los camerinos que no hay división se cambia primero y luego le da espacio a sus compañeros.
En el tiempo libre le gusta estar con su familia antes que irse de fiesta. Por las noches da clases y en las mañanas entrena fuerte.
