Para los investigadores del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la pobreza, que ha rondado entre el 20% y el 21%, podría bajar un 8,5% y ubicarse en un 12%, si se lograra reducir el desempleo y las jornadas laborales parciales y que se pagara el salario mínimo a las familias pobres que trabajan, pero ese porcentaje de reducción podría aumentar si se integran acciones sociales que contribuyan a la disminución de dicha condición.
Así se desprende del estudio del PNUD denominado “Reducir la pobreza en Costa Rica es posible, propuestas para la acción”, concluye además que la pobreza extrema podría registrar una caída de 3,6% con lo cual pasaría de 6,4% a 2,8%.
A criterio de ese organismo, la pobreza que golpea al país se puede disminuir con la implementación de políticas sociales y económicas integrales, y complementarias.
Juan Diego Trejos, uno de los investigadores del PNUD, sostuvo que la pobreza tiende a ser definida como un problema de recursos insuficientes, pues el 80% de la plata la generan las familias en los trabajos, por lo que recalcó que la pobreza es un problema de ingreso laboral insuficiente.
“Al igual que en las políticas sociales selectivas, se hicieron unas simulaciones de qué pasaba si se resolvían algunos problemas del mercado laboral, qué sucedía si se lograra disminuir el desempleo, qué pasaba si se resolvía el inconveniente de las jornadas parciales o si la gente recibía el salario mínimo; el impacto sería una reducción del 8,5% en el porcentaje global de la pobreza”, enfatizó Trejos.
CREAR OPORTUNIDADES
Trejos recordó que en la actualidad, el 27% de los trabajadores gana por debajo del salario mínimo, y de ese porcentaje el 90% de los pobres no recibe el pago completo por las labores que desarrollan.
“Es importante crear oportunidades laborales, las cuales son definidas por la operación del aparato productivo y el funcionamiento de éste lo determinará la política económica, por lo que el mensaje es que tan importante es la política social para atacar la pobreza como la política económica. Si la política económica no logra que el aparato productivo genere el empleo necesario ni se crean las capacidades, la política social será insuficiente para el tema de combate de la pobreza”, reiteró Trejos.
Para esto Yoriko Yasukawa, representante del PNUD, recalcó en la necesidad de tomar acciones urgentes para completar la cobertura universal para los pobres, en servicios como el acceso al agua para consumo humano, educación y la salud.
NO SOLO TRANSFERENCIAS
Jorge Sauma, investigador del PNUD, determinó que los programas sociales actuales ayudan en la baja de la pobreza, pero enfatizó que si el gobierno quisiera reducir la pobreza mediante transferencias económicas a las familias ubicadas en la extrema pobreza, debería destinar ¢73 mil millones anuales, es decir un 0.32% del Producto Interno Bruto (PIB); y de ¢443.398 millones al año si lo que busca es que las familias puedan satisfacer más de una necesidad básica.
Las pensiones del Régimen No Contributivo, las ayudas de Avancemos, el Fondo Nacional de Becas (Fonabe), y las contribuciones económicas del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) constituyen algunas de las transferencias económicas que hace el Estado.
“El problema de este tipo de transferencias es que solucionan el problema de las familias pobres en tanto que exista la transferencia y en el momento en que no se les da la ayuda se vuelven a hacer pobres, por eso es que con las excepciones que establecen los programas sociales selectivos la solución de la pobreza debe venir por el lado de generación de capacidades y de empleo”, añadió Jorge Sauma, investigador.
PERIODISTA: Krissia Morris Gray
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Martes 03 Junio, 2014
HORA: 12:00 AM
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