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Opinión

El caso de Anabelle González

Si usted es dueño de una empresa en la que uno de sus empleados le invirtió un colón, pero con esa inversión le generó miles, indudablemente será la persona más agradecida del mundo. Sin duda, felicitará a ese trabajador y lo ennoblecerá frente a los demás empresarios y frente a todos los empleados como ejemplo. Además, si usted tiene una pizca de inteligencia, cuidará de ese valioso colaborador y lo estimulará de toda forma posible para conservarlo y hasta tratará de hacerlo su socio porque… a mejores trabajadores, mejor y más próspera su empresa.

 

Y si usted es gerente o empleado de esa compañía y el trabajo de esa persona le garantizó y le mejoró, respetará y aplaudirá el trabajo de su compañero. Indudables serán también las muestras de agradecimiento de quienes, gracias a esa labor, dejaron de ser desempleados y ahora cuentan con trabajo digno.

 

Pero si en lugar de estimular a ese trabajador lo acosamos y lo denigramos, padeceremos de una de las enfermedades más comunes en Costa Rica: Idiotismo, que además, se alimenta y se engorda cada día con la ignorancia, indiferencia, envidia y mala fe. Padecerá de idiotismo porque ese empleado se irá de su empresa y serán otros quienes se aprovechen de tan valioso recurso y porque nuestra empresa y sus empleados, irremediablemente, caerán en el abismo de la miseria y la mala administración.

 

Y si usted como dueño permite que algunos de sus gerentes acosen y maltraten a ese buen trabajador, padecerá de la misma enfermedad. Y si frente a esas conductas agravantes, permanece indiferente, padecerá de la enfermedad por ingratitud.

 

Doña Anabelle González es, en el ejemplo, la trabajadora que invirtió un colón de nuestro dinero y que a cambio, nos produjo miles más; le garantizó empleo a miles y le generó trabajo digno a miles. Los ciudadanos costarricenses somos, en el ejemplo, los empresarios que se beneficiaron con el trabajo de doña Anabelle y por eso lo que nos toca es agradecerle y pedirle se mantenga en la empresa. ¿Pero cómo le estamos pagando tan valioso servicio a la Patria? Los unos lanzando falsas acusaciones y nosotros permaneciendo indiferentes frente a ese abuso.

 

¡Pululan los idiotas y los malagradecidos! No pequemos de indiferencia y no permitamos que lo poco valioso que nos queda se nos tenga que ir por obra de la ingratitud y de la estupidez. ¡Exijamos que se nombren a muchas otras Anabelle que nos enriquezcan con su trabajo, con su valía moral y profesional, y demandemos se despida a esos pésimos administradores que padecen de idiotismo con ignorancia!

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Lunes 17 Marzo, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Carlos Ml. Serrano Castro

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