Un desalmado, cegado aparentemente por los celos, ingresó a la vivienda donde estaba su cuñado y suegro luego que su expareja llegara a visitarlos en el sector conocido como San Andrés de Bananito en Limón y les propinara al menos 20 puñaladas.
Al parecer la riña se da luego de una fiesta guarera, en donde todos habían compartido la noche de este domingo y la madrugada de ayer en la humilde casa, allí con machete en su mano el sospechoso de apellido García empezó a reprocharle por la decisión que había tomado semanas atrás.
Las autoridades presumen que Katerine Gómez Zúñiga, de 25 años, fue la primera en ser masacrada, luego de que su excompañero se cansara de pedirle cacao. La segunda víctima mortal sería el suegro, identificado como Luis Rosales Obando (de 65), el cual intentó evitar que tajadearan a Gómez, por lo que también recibió heridas.
Para no dejar testigos, el malhechor caminó varios metros y acorraló al “cuñis”, llamado Douglas Heriberto Acevedo Chavarría (de 45) y le hundió el machete en reiteradas ocasiones y pese a estar desangrándose intentó escapar, pero su verdugo lo siguió mientras le recetaba los filazos por todo el cuerpo.
La policía judicial confirmó que Gómez presentaba profundas heridas en cuello, tórax, abdomen y pierna izquierda; Rosales en el rostro, cuello, tórax y la amputación de su mano derecha.
La tercera víctima, apellidada Acevedo, recibió el machete en el rostro, cuello, pecho y la mano izquierda cuando intentaba defenderse. En total, y según la policía, entre los tres fallecidos pudieron presentar al menos 2 decenas de puñaladas.
No se descarta que el triple crimen se diera en horas de la madrugada, lo que ayudó para que nadie viera el momento en que el sospechoso de 31 años, cobijado por la oscuridad, escapaba de la macabra escena, lugar en que la sangre había salpicado las paredes y empezaba su recorrido en el piso de la casita de madera.
Una menor de 2 años, hija de la mujer fallecida, fue sacada minutos antes de la matanza por el principal sospechoso que la llevó hasta el sector de Burrico, a 15 kilómetros aproximadamente del lugar de los hechos.
Por fortuna la bebé estaba en buena condición de salud y el sospechoso se rigió por la ley que tienen los delincuentes y privados de libertad: de no hacerle daños a los niños, de lo contrario pagaría muy caro cuando llegue a la cárcel.
ESPOSO MUERTO
Paulina Acevedo, esposa del fallecido, aseguró a DIARIO EXTRA que otro de sus hijos le dijo que no entrara a la casa porque habían muertos.
“A las 10:30 a.m. me bajé del bus y me topó uno de mis hijos, quien me dijo que no entrara porque habían muertos, no le hice caso y decidí ingresar y observé a mi marido todo ensangrentado.
Estaba en el piso boca abajo, no se movía. Las heridas eran cuantiosas y muy profundas; me devolví y vi a los muchachos en medio de un charco de sangre”, recordó.
Dentro de la vivienda las autoridades encontraron varias botellas de guaro y vodka que estaban esparcidas por la sala y cocina. Ahora serán examinadas por los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) que llegaron al lugar.
Después de varios minutos en el interior de la casa, Paulina sale de la misma y da aviso a la policía y Cruz Roja, éstos llegan y confirman la masacre.
ESTABA EMBARAZADA
Trascendió que la joven tenía al menos 3 meses de embarazo y que el padre de la criatura no sería el sospechoso, pues apenas se enterara que no era de él estaría histérico y jamás se lo perdonaría a su expareja.
La futura madre habría recibido al menos 4 puñaladas en su vientre, los cuales terminarían con la vida de ambos. Sería otra de las hipótesis que maneja la policía, sin embargo se espera el resultado de la autopsia para confirmar la versión.
Algunos vecinos, quienes no quisieron identificarse, aseguraron que en la casa acostumbraban a hacer fiestas guareras, aunque nunca había pasado nada ya que eran personas muy tranquilas.
Allan Carrillo, de la Cruz Roja, manifestó que fueron alertados por una llamada y cuando llegan al lugar encuentran los tres cuerpos ensangrentados, tirados en el suelo y sin vida, por lo que se coordina con el OIJ.
HERMANO LO ENTREGA
Randall Picado, jefe policial de Limón, acotó que encontraron a la niña con vida y pese a un operativo que se realizó en la zona no se logró ubicar al celoso.
Varias horas después de lo sucedido, el principal sospechoso se desplazó hasta el sector de Tres Ríos, en Cartago, donde en apariencia le comentó a su hermano sobre lo sucedido por lo que logró convencerlo para que se entregara.
A las 3:30 p.m. de ayer, García de 31 años llegó hasta la delegación policial asegurando ser el responsable de la masacre, por lo que de inmediato fue esposado y puesto a las órdenes del OIJ y de la fiscalía.
La policía judicial no logró encontrar el machete con que se presume le dieron muerte a las tres personas, pero no se descarta que fuera lanzado al mar o enterrado ya que el sujeto tuvo tiempo suficiente.
