Ayer fue un día crucial en el caso de espionaje que alarmó al país tras conocerse que el Poder Judicial rastreó el teléfono de un periodista de DIARIO EXTRA. Ante esto y por primera vez la agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) que se involucra en el proceso dio declaraciones, en las que informó de forma trágica una serie de amenazas de muerte en su contra.
Gabriela Fonseca Vindas, con 14 años en el Poder Judicial, específicamente en el OIJ, compareció ante diferentes medios de comunicación al lado de su abogado Juan Diego Castro, alegando que todo este desorden que se ha desatado en las últimas semanas es responsabilidad de los altos jerarcas del ese cuerpo policial.
Además detalló que la detención por la que ella pasó no fue más que una “sacada de clavo” por parte de sus jefes, por la investigación que Fonseca llevó a raíz de una dudosa compra de chalecos antibalas asignados a los agentes de la policía judicial hace unos años.
“A solicitud del licenciado Celso Gamboa, en ese momento fiscal de Fraudes, se me pide que lleve un nuevo caso sobre unos chalecos antibalas, los cuales al parecer habían sido recibidos como equipo que no correspondía a nuestras especificaciones técnicas.
Cuando yo inicio esa investigación y entrevisto al señor Rodrigo Castro, quien detectó las anomalías, él me refiere que habían cosas que no coincidían con lo pedido, días después los chalecos aparecieron asignados.
Yo localizo uno de los chalecos en mi sección y se procede a decomisarlo, se realiza todo el reporte y nos mandan a hacerles una prueba de campo para determinar si los chalecos servían o no. Yo fui con el licenciado Michael Soto, se levantó un acta y las balas pasaron el chaleco”, relató Fonseca.
PRUEBA MANIPULADA
Hasta ese momento las cosas transcurrían con total normalidad, sin embargo de forma inesperada apareció la presunta influencia de los altos jerarcas del Poder Judicial en esas fechas, en las cuales dicho sea de paso no existía ningún tipo de investigación en contra de agentes por filtrar información a periodistas.
“En la fase de coordinación para ver si se sacaban los chalecos, a este testigo Castro lo llamó una fuente y le comunicó que tuviera cuidado porque había órdenes de un alto mando, en ese instante Francisco Segura, para manipular esa prueba.
Cuando llegamos a la prueba el señor encargado del caso nos dice que alteró la pólvora para que las balas fueran a una velocidad normal, yo le hice un par de preguntas pero él me dijo que para eso él era el que hacía las pruebas.
Pasaron los días y llegó un informe de la pericia, en el que sale que los chalecos sí cumplen con todos los requisitos 3A; es decir, la pericia salió a favor del OIJ”, agregó Fonseca.
Aquella vez, según la agente, Gamboa fue enviado a la organización encargada de fabricar los chalecos en Israel, de allá mandaron un informe indicando que dicho equipo no era lo que se había pedido, días más tarde fue llevado a una bodega, de donde supuestamente desapareció tras ser robado.
HASTA AMENAZAS DE MUERTE
De acuerdo con Fonseca, este proceso anexo al rastreo de los teléfonos del periodista Manuel Estrada ha provocado el disgusto de varias figuras en el Poder Judicial. Dicha situación también ha traído consigo hasta amenazas de muerte.“He tenido pocos ascensos, cero cursos importantes, compañeros que en algún momento yo misma preparé para ingresar a laborar a la oficina hoy en día tienen un puesto mucho mayor que el mío, mientras yo sigo en el puesto de oficial raso, amenazas como 'cuídese, le vamos a balear la casa'.
En el 2012, cuando se hace el juicio de los chalecos, me llaman unos vecinos y me dicen que a mi casa le están tomando fotografías unos tipos de forma extraña, yo le hago saber eso al fiscal Miguel Navarro y él me dice que vaya al programa de protección.
Posterior a eso, caminando por los pasillos, se me acerca Cristian Montenegro, quien iba acompañado de Ricardo González, y me dice 'Gabriela, cuídese porque la vamos a detener', y señores, año y medio después me estaban arrestando por filtrar información a un periodista”, argumentó.
VÍNCULO CON PERIODISTA
Sobre el caso por el que se le investiga, la agente detalló que todo empezó porque a una jueza no le gustó que el periodista Manuel Estrada tuviera información tan exacta sobre el caso de secuestro que en ese momento era del caso “Paisano” por un homicidio.
“Adriana Orocú (presidenta de Acojud) manda un correo indicando o cuestionando que Estrada tenía información sobre un asunto del caso 'Paisano' y porta los números de él para que hagan lo correspondiente, y de la nada sacan mi número, y de la nada dicen que yo le pasé información a Estrada”, declaró Fonseca.
La agente alegó ante los periodistas que el temor que en este momento siente es que algunas personas afectadas por las investigaciones le monten una cama para hacer que se vaya de su trabajo, pero más allá de eso teme por su vida, pues afirma que todo esto surgió por destapar un caso de corrupción en el que se vieron involucrados varios altos jerarcas del OIJ.
