Utilizando alambre de alpaca o de cobre, piedras multicolores, cuero, papel así como semillas de nenes, corazón de mono, ojo de buey y guanacaste, la artista Katherine Hidalgo Castro desarrolló una técnica única. Con esta crea novedosos diseños de joyería contemporánea, las cuales son amigables con el ambiente y los distribuye en diferentes puntos de San Ramón, Alajuela y playas concurridas.
En su taller, ubicado en la ciudad poeta, recibió a DIARIO EXTRA y narró que desde la infancia se dejó seducir por el arte: fuera en cerámica o trabajos más artesanales. Sin embargo, desde hace siete años se inclinó por la parte 100% manual.
“El arte es todo para mí, desde que era pequeña hago distintos diseños y ya formalmente en 1995 que ingresé a la Universidad de Costa Rica, en bellas artes en donde estudié cerámica. La artesanía es una expresión, en mi caso empírica por lo que es la joyería y con esos procedimientos hago collares, anillos, prendedores y aretes entre muchas otras piezas”, dijo.
AMPLIA EXPERIENCIA
Hidalgo recordó que los azares del destino la llevaron a explotar el don que asegura Dios le entregó para sacar adelante a su familia.
“Mi interés siempre ha sido la plástica, cuento con esa inquietud de aprender cosas nuevas. La artesanía nació por necesidad porque llegó un momento en mi vida en que estaba sin trabajo y a cargo de una niña pequeña. En vez de darme por vendida empecé practicando con decoración de textiles, más que todo enaguas y bufandas para venderlas”, agregó.
Pero hasta que participó en algunas ferias en el 2005, fue que optó por aprender nuevas técnicas.
“En una feria en la playa vi todo esto de la joyería artesanal y me encantó. Empecé a comprar materiales: alambres, hilos y experimenté. Observando a otras señoras aprendí e incluía todo lo que me encontraba como conchas y con el tiempo la técnica se va depurando, la mano se va acostumbrando (es más ágil con las herramientas y con los materiales)”, apuntó.
ALAMBRES ALIADOS
En el nuevo proceso emplea herramientas rústicas para darle vida a los trabajos entre ellos pinzas, lima, martillo, taladro hechizo y mazo o cualquier masa de metal que le permita martillar el alambre.
“La técnica se dio por pura curiosidad, el cobre es más suave que la alpaca, y descubrí que el alambre de cobre era fácil de conseguir en desperdicios de materiales que ya no se usan y empecé a darle formas con creatividad. Siempre observo donde hay cuando ando caminando y otros me los dan. En cada pieza tardo un tiempo variable”, confesó.
ARTE POR LA VENAS
Doña Katherine combina sus labores con las de ama de casa.
“Amo lo que hago, es una forma de expresión y ahora que estoy estudiando nuevamente. También me ilusiona más adelante poder enseñarle a otras personas (más que todo a niños), me interesa mostrarles que hay formas de tener un sustento, o por lo menos una entrada en estos momentos difíciles con cosas de deshecho”, apuntó.
Cada pieza es única y 100% a mano.
PERIODISTA: Laura Morales Sánchez
CRÉDITOS: Fotos: Mauricio Arce, corresponsal
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Jueves 09 Enero, 2014
HORA: 12:00 AM