Un día normal en la Escuela Virgilio Caamaño Arauz, en Casitas de Nicoya, terminó en tragedia la mañana de ayer, cuando Melvin Zúñiga Muñoz asesinó a su pareja sentimental de un plomazo en el corazón.
Según algunos testigos, la víctima Rosibel Gómez, de 36 años, laboraba como cocinera en este centro educativo cuando de repente el sujeto entró al lugar para entablar una conversación que más tarde terminó con la muerte de ambos. Al parecer un lío amoroso por la ruptura de su relación fue el origen de este lamentable hecho en Guanacaste.
SALUDÓ A TODOS
Una de las personas que presenciaron el trágico incidente fue Sandra Arias, compañera de Gómez, quien dijo que Zúñiga entró a la escuela normalmente y hasta tuvo tiempo de saludar a uno que otro compañero, pues de vez en cuando ayudaba en labores de construcción en esa institución.
“Entró normal, en la escuela no hay seguridad, además a él lo conocen porque ha hecho diferentes trabajos de construcción. Es más, hace poco hizo una rampa en la entrada”, declaró.
Otro de los que estuvieron en la escena fue Luis Montiel, miembro del Comité Estudiantil de Padres de Familia, quien afirmó que por ser una escuela de pueblo muchas veces no se cuenta con seguridad, factor que de alguna u otra manera incidió para que sucediera tan lamentable hecho de violencia.
SE METIÓ DOS VECES
A pesar de esto, el homicida tenía bien planeada su estrategia, pues Arias explicó que entró al lugar dos veces, la primera para hablar con la víctima, mientras que la segunda y última fue para cometer el acto homicida.
“Él llegó la primera vez, yo lo vi hablando con ella y después se fue. Luego vino, volvieron a hablar y fue cuando las cosas se alteraron porque él le preguntó si lo iba perdonar o qué, en eso le puso la pistola en el pecho del lado del corazón y ella le contestó que hiciera lo que tenía que hacer. Seguro él al ver la reacción le dio más cólera y le disparó sin pensarlo”, declaró la mujer con voz entrecortada.
FUE POR CELOS
En apariencia Zúñiga y Gómez tenían casi un año de jalar, muchos de sus allegados afirman que eran una pareja normal, con algunos problemas, como todos, sin embargo él sufría cada vez que ella hablaba con otra persona.
“Ellos tenían una relación normal, pero el muchacho tenía unos celos enfermizos. Yo le decía a Rosibel que tuviera cuidado, pero me decía que eso era normal en él, que se le iba a pasar rápido y así solucionaban muchas veces sus problemas, hasta que pasó lo que pasó”, agregó Arias.
Supuestamente el problema empezó el lunes, cuando Gómez decidió echar de su casa a Zúñiga, quien al parecer se molestó mucho, pues su mujer fue a dejarle la ropa a casa de su madre, haciendo que Melvin sintiera mucha humillación, al punto de decidir quitarle la vida.
Arias agregó que Rosibel echó del hogar a “Chin” -como se le conocía al asesino- por los celos enfermizos que él tenía desde hace uno días y no los dejaban en paz a ambos.
“Yo pienso que a él lo que le molestó fue que lo echara de la casa y que fuera a dejarle las cosas a la casa de la mamá en San Martín de Nicoya, tal vez por eso sintió humillación. Ella nos dijo que lo había sacado, pero nunca pensamos que fuera para que él tomara esa decisión”, comentó.
PASÓ SOMBREADO
Después de cometer el crimen, aparentemente Zúñiga salió espantado con su arma para el potrero que está frente a la escuela, recorrió aproximadamente unos 200 metros y se quedó cerca para ver con detenimiento lo que había hecho.
Llegaron los policías, el Organismo de Investigación Judicial y el criminal todavía seguía ahí, viendo cada uno de los movimientos de las autoridades, así lo indicó Arias, quien escuchó este comentario por parte de algunas personas.
“Él se fue corriendo para el potrero y después de ahí no se supo nada. Dicen que se quedó cerca para ver lo que había hecho”, añadió.
SE PEGÓ UN PLOMAZO
Instalado en este lugar, Melvin tenía bien pensando lo que iba a hacer, pues al ver que se había jalado un tortón decidió quitarse la vida apuntándose al corazón, justo en el mismo lugar donde le disparó a Rosibel, así lo confirmó Indalecio Gutiérrez, policía que atendió el caso, a DIARIO EXTRA.
“Después que llegamos al lugar de los hechos los testigos nos indicaron que el sospechoso se había ido por un potrero, así que seguimos el rastro y encontramos unas botas que se le quedaron pegadas en el barro, después lo localizamos en un paredón, a la orilla de la quebrada Las Casitas, estaba boca arriba y con un disparo en el pecho”, narró.
“HABÍA COMO 10 NIÑOS”
Arias expresó que al momento que Zúñiga asesinó a su compañera en la escuela estaban aproximadamente 10 estudiantes en varias clases, lo que los alertó para activar un protocolo de emergencia y que los niños no resultaran heridos.
“En ese momento había como 10 niños porque algunas maestras y maestros andaban en una capacitación, entonces por eso casi no hubo movimiento de muchas personas aquí, porque si no hubiera pasado una tragedia peor”, añadió.
El sueño de Gómez era ver a sus cuatro hijos sacando una profesión, por eso todos los días los motivaba a estudiar y no abandonar sus metas, especialmente a sus dos retoños menores, quienes estudian en la escuela donde la mataron, pero al momento de la tragedia ninguno estaba ahí.
A este centro educativo asisten más de 50 estudiantes que cursan desde prekínder hasta sexto grado.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Fotos: Oldemar Siles y Oliver Pérez, corresponsal
EMAIL:
Sábado 16 Noviembre, 2013
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA