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Opinión

El IV Informe Estado de la Educación: ¿Un producto consumible?

Y antes, aclaro, ¿también son consumibles todos los otros informes?


El sitio Web del Programa Estado de la Nación (consultado el 4/10/13) señala que el “El PEN es un programa de investigación y formación sobre desarrollo humano sostenible que pertenece al Consejo Nacional de Rectores (CONARE), a donde se agrupan las cuatro universidades públicas de Costa Rica. Brinda información relevante para la formulación de políticas públicas y opinión crítica de la ciudadanía sobre temas estratégicos, tanto en Costa Rica como en Centroamérica, a través de sus tres principales productos: Informe Estado de la Nación, Estado de la Región y Estado de la Educación”. (sic).


Ya es claro, entonces, a la opinión pública en general, que ese programa y sus productos pertenecen al Conare. No obstante, a la “opinión crítica de la ciudadanía” no contestan.


En todos esos informes prevalece, en versión de ellos, un común denominador: investigación científica.


En el campo de la educación en lenguas, y la educación en general, he solicitado respuestas a lo planteado en “Tercer Informe Estado de la Educación: Inglés”, “¿Qué es lo que sucede en el Conare?” y “Preguntas a los encargados del IV Informe Estado de la Educación”, entre varios otros artículos. La red de científicos y expertos no contesta. El “debate democrático” del que hablan en el informe es literario.


He cuestionado la parcialidad de esos informes en educación hacia el uso de pruebas estandarizadas en lenguas y PISA.


Así como lo he planteado en mis artículos en torno al uso de pruebas estandarizadas, por ejemplo en inglés: “Nall (2003), en TOEIC: A discussion Analysis: la validez aparente de la prueba (la generada por publicidad efectiva y evaluaciones incompetentes) es una cualidad extremadamente subjetiva... Evidencia imparcial que respalde la naturaleza comunicativa de la prueba...es notablemente escasa...”, extrapolo para esos informes: ¿Dónde se encuentra el informe científico independiente, “evidencia imparcial” que evalúa la investigación científica en la que dice sustentarse el IV Informe Estado de la Educación? Ya se ha difundido bastante la “validez aparente” de ese informe...


Si el PEN propiedad del Conare emite esos informes para brindar “información relevante para la formulación de políticas públicas…” que, al final de cuentas son uno de los manuales de los gobiernos de turno sin cuestionamiento alguno para endeudar al país con empréstitos internacionales a ser pagados por todos los costarricenses, y establecer una ideología única, ¿tienen derecho los costarricenses o no a saber si, en la sociedad de libre mercado, esos informes son consumibles? ¿Cómo pueden conocer los costarricenses si esos “productos” merecen ser comprados si, hasta donde se conoce, la versión que existe es la del Conare, la de sus allegados y la de los políticos desinformados (redundancia en la mayoría de casos)?


En la “cultura de la evaluación”, de la “eficiencia y la eficacia”, de las “defensorías del consumidor”, es necesario saber si esos productos son consumibles, pero no sobre la base de una sola versión “científica” y monopolizada del producto.

 

*Educador

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Viernes 18 Octubre, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Gerardo Barboza

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