Un nuevo convenio para financiar los estudios de las madres adolescentes, que se encuentran en estado de pobreza, le delegó la responsabilidad de presentar las candidatas de este beneficio al Patronato Nacional de la Infancia (PANI), en lugar de ser el Fondo Nacional de Becas (Fonabe) como se viene haciendo hasta el día de hoy.
La decisión se toma luego de los problemas que tuvo Fonabe el año pasado, cuando en reiteradas ocasiones muchas jóvenes iban referidas por el PANI para presentar su solicitud de becas y eran rechazadas por falta de recursos, pese a que esta institución se le entrega anualmente por parte del Gobierno ¢300 millones para este fin.
“De esta manera nos estamos asegurando que el beneficio llegue a la población que nosotros estamos atendiendo”, comentó Ena Céspedes, responsable del área de adolescentes madres que atiende el PANI.
Los requisitos para ser beneficiario de esta beca son los mismos, o sea que la madre tiene que ser menor de 18 años. Incluso preferiblemente no cercana a cumplir la mayoría de edad porque una vez que cumple años se le elimina el subsidio. Demostrar ingresos familiares y que se encuentra matriculada y cursando materias a nivel de colegio, siempre que esto lo esté haciendo en una institución pública y que lleve un mínimo de 2 materias, sin importar el sistema en el que se encuentre.
Esta beca se le puede entregar únicamente a costarricenses o a inmigrantes que se encuentren con un estatus regular en el país.
Una vez que se presentan los requisitos en una de las oficinas del PANI, sí es Fonabe quien tiene el personal para determinar los candidatos idóneos para el beneficio y una vez que califica, entonces se le comunica la decisión ya sea a través de la página web o por medio de las oficinas del pani.
El primer convenio de este tipo, que suscribieron ambas instituciones, se firmó en el 2007 para comenzarse a aplicar al año siguiente. En esta oportunidad se trata de una ampliación del mismo, solo que para evitar los inconvenientes sufridos anteriormente el PANI decidió condicionar las becas a la población que ellos atienden. Mismas que se reconocen tienen las característicos socioeconómicas a las que van dirigidos estos esfuerzos.
El dinero que se utiliza para este fin es producto del impuesto a los licores que recibe el Gobierno. Mismo que desde hace varios años Hacienda ha determinado que es de ¢300 millones, a pesar que el comercio asegura que el consumo viene en aumento. Con él se le entregan ¢60 mil mensuales a cada joven.
