Rendición de cuentas es parte de la función pública

Editorial

La labor del periodista es preguntar y la del funcionario público responder en la medida de lo posible, cuando no exista una restricción legal para hacerlo.

Es por ello que resulta incomprensible el comportamiento de la presidenta de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Marta Esquivel, a su salida de la Comisión de Ingreso y Gasto Público.

¿Cuál es el temor de enfrentar preguntas que atañen al interés público? ¿Por qué pedir una escolta presidencial para aislarla de la prensa? El manejo en términos de comunicación no fue el mejor.

Parte del trabajo de un presidente ejecutivo, un ministro y cualquier otro funcionario nombrado por el Gobierno es atender las consultas de los medios de comunicación y ser lo más transparente en la entrega de información.

En el caso de una institución tan importante y al servicio de la ciudadanía como lo es la Caja, esto se torna fundamental. El mensaje debe ser concreto y directo.

Sin embargo, la jerarca no solo omitió contestar las preguntas de los diputados, sino que, con premeditación, buscó el modo de evadir la atención de los periodistas a su salida de la audiencia.

En un ejercicio responsable, el periodista siempre debe buscar tener ambos lados de la historia, pero cuando una de las partes elige el silencio por sobre la información es poco lo que se puede hacer.

Hay ministros de esta Administración que incluso han sido interpelados por el Congreso y aún así no han llegado rodeados de escoltas que restrinjan el acercamiento de la prensa.

Anteriormente, hemos visto este tipo de seguridad con figuras como Daniel Ortega, presidente de Nicaragua; Evo Morales, expresidente de Bolivia; y Óscar Naranjo Trujillo, ex vicepresidente de Colombia; pero no recordamos algún episodio similar en Costa Rica.

¿Cuáles eran las preguntas incómodas que la presidenta de la Caja no quería responder?: ¿Hubo un maquillaje de los informes actuariales de la CCSS? ¿Va a devolver el salario que se le pagó de más?

Estos cuestionamientos no tienen nada de irrespetuosos o juzgue usted dónde está el irrespeto.

Claro está, la funcionaria se encuentra en el ojo del huracán en las últimas semanas e incluso por desistir de ir a rendir cuentas al Congreso se expuso al riesgo de ser mandada a traer por las autoridades.

Es cierto que existen espacios propicios para formular preguntas, pero cuando estas no son atendidas con prontitud y diligencia, como cuando teniendo al jerarca enfrente pide se le envíe un correo electrónico para responder, se debe buscar espacios para las consultas.

No entendemos por qué los escoltas de Casa Presidencial grababan a los periodistas que formulaban las preguntas. ¿Por qué los empujaban? ¿Por qué la matonería?

Sencillamente esta actuación deja mucho que desear. Esto sin contar que la Asamblea Legislativa tiene su propia seguridad, y que la normativa para el uso de escoltas de la unidad especial de Casa Presidencial justamente señala que debe usarse con fines muy específicos.

En este caso no sabemos cuál era el riesgo. La jerarca de la Caja hoy se encuentra en la palestra y no por el quehacer de los periodistas, sino por acciones de las que ella es la única responsable.

Los diputados exigen respuestas y también la prensa, pero sobre todo el pueblo de Costa Rica. Como presidenta ejecutiva, no puede hacer caso omiso. La rendición de cuentas es parte de la función pública.

El artículo 30 de la Constitución Política consagra el derecho fundamental de acceso a la información pública de la siguiente manera: “Se garantiza el libre acceso a los departamentos administrativos con propósitos de información sobre asuntos de interés público. Quedan a salvo los secretos de Estado”. Entonces, ¿cuál es el temor de contestar?

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Sábado 27 Enero, 2024

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