P
ara muchos costarricenses, saber cuáles medicamentos resultan adecuados a la hora de combatir enfermedades y aliviar dolores es uno de los retos más tediosos y complicados.
En el caso de los pacientes riníticos y alérgicos, es común escuchar frases como: “la loratadina a mí no me hace nada, tome mejor esta otra” o “nunca tome clorfenamina de día, eso da mucho sueño”, sin embargo, los efectos varían en cada paciente, por lo que las dudas sobre qué debe consumir en cada momento no se aclaran ni con la receta del médico.
¿Pero sabía usted que existe un examen que le permite conocer de antemano qué reacción tendrá ante los medicamentos?
Pues sí, el estudio de farmacogenómica tener la certeza de saber qué le harán a su propio organismo las pastillas, jarabes y demás presentaciones de medicinas que ingiera para contrarrestar los efectos de la afección que padezca.
“Es un estudio de ADN del paciente que permite identificar cuál es la respuesta de cada una de las personas a los distintos fármacos, nos permite saber cómo responde el paciente a 325 fármacos de distintas especialidades”, explicó la doctora Ingrid Cubero, gerente médico de Vivit Salud, clínica donde realizan este procedimiento.
PROCEDIMIENTO
Para realizar este análisis, se toma una muestra bucal del paciente (completamente indolora) y se envía a la Universidad de Arizona en los Estados Unidos para que, tras un análisis de ADN, se determine el efecto de los remedios basándose en sus genes.
“Todos nacemos con distintos genes que son como carritos transportadores de los medicamentos y que se encargan de transportarlo al hígado para que ahí puedan ser metabolizados, eso explica por qué las personas responden diferente a los medicamentos”, agregó la Dra. Cubero.
Una vez que se haga este estudio, ya no tendrá dudas acerca de cuál analgésico comprar en la farmacia ni cuántas dosis debe tomar, pues ya sabrá las fórmulas ideales.
Este examen le permitirá, además de ahorrarse algunos colones en medicación, la posibilidad de salvar su vida en situaciones riesgosas.
Por ejemplo, si un paciente hipertenso no obtiene resultados con su tratamiento, tendrá que experimentar con alguno otro hasta que le funcione, pero eso lo deja en riesgo de sufrir un infarto si no se controla.
De ese modo, este tipo de análisis permite salvar vidas, evitar el avance de enfermedades donde cada minuto cuenta y preservar efectos secundarios que el paciente puede experimentar antes, durante o después del tratamiento.
CONOZCA SU CUERPO
La respuesta que cada individuo tiene ante el consumo de medicamentos se debe a los genes que ha heredado; la mayoría de los medicamentos se descomponen en el organismo a través de diferentes enzimas, entonces su metabolismo será el protagonista que definirá si le sirve o no su tratamiento.
En la mayoría de casos, los doctores realizan una receta basándose en aspectos generales como peso, sexo y edad, sin embargo, si se quiere obtener un dato más preciso, un estudio farmacogenómico es una gran opción.
Los resultados del estudio son fáciles de comprender, ya que utilizan una metodología de semáforo donde los colores simbolizan el grado de tolerancia de su cuerpo ante los distintos productos.
“Vienen en rojo los medicamentos que el paciente no puede utilizar porque no tiene la ruta metabólica, no tiene los genes que metabolizan esos fármacos, en amarillo vienen los fármacos que el paciente sí puede utilizar pero que ocupa un ajuste de la dosis para prevenir efectos adversos y que se den los resultados esperados y los medicamentos en color verde, son los que el paciente puede utilizar en la dosis estándar porque tiene los citocromos que permiten la metabolización del fármaco”, agregó la Dra. Cubero.
EFECTOS SECUNDARIOS
Uno de los principales incentivos para realizarse este estudio es que se reduce el riesgo de verse afectado por los llamados “efectos secundarios”, los cuales, en ocasiones, más allá de causarle alguna leve mejoría, generan múltiples molestias al paciente.
La mayoría de medicamentos “fuertes”, es decir, diseñados para atacar enfermedades menos comunes y que con frecuencia se necesita una receta médica para su compra, suelen tener efectos secundarios, que pueden ser leves, como sequedad de garganta, dolores ligeros o indisponibilidad o pueden tornarse más agudos, como dolores fuertes de cabeza, náuseas, vomito o fiebre.
Incluso existen ocasiones en las que el medicamento interactúa con la enfermedad y en forma de rebote causa estragos en el organismo. Por ejemplo, si la persona tiene una afección cardíaca, ciertos descongestionantes pueden hacer que tenga latidos más rápidos (taquicardia).
El costo de este estudio, debido a las complicaciones de su traslado hacia los laboratorios donde se analizan las muestras y su especialización, puede superar los $300.
PERIODISTA: Daniel Suarez
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Lunes 14 de Agosto, 2023
HORA: 12:00 AM
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