No seamos conformistas

EDITORIAL

Si bien es cierto, el crecimiento económico viene acelerándose, no es para tirar las campanas al vuelo. Lo anterior porque todavía mucho de este incremento se liga al comportamiento del mercado externo.
Muchos analistas apuntan a que Costa Rica tiene un mayor potencial, pero que por distintas razones no se logra alcanzarlo. Todavía seguimos soñando como país en llegar a niveles amplios, del 7% y 8%.
Lo que sucede es que, según se ha comprobado, en la medida en que crece la producción nacional se comienzan a crear un mayor número de empleos, lo que permite generar una mayor riqueza.
Sin embargo, esta mayor riqueza debe ser para todos, y hoy tenemos serios problemas de distribución. Lo anterior, en parte obedece a que este crecimiento económico no es parejo.
Mientras el régimen definitivo que agrupa a las empresas nacionales reporta un incremento de un 2,4% a mayo, el régimen de zona franca muestra un desempeño del 21,9 %
La diferencia es abismal porque nos hace pensar que, si no tuviéramos zonas francas, el Producto Interno Bruto (PIB) se caería.
Todo esto apunta a que las empresas nacionales requieren de mayores incentivos para crecer a un mayor ritmo. Hoy se ven ahogadas entre todo tipo de impuestos, tramitología y altas cargas sociales.
Nos guste o no, actualmente las exportaciones de implementos médicos, servicios profesionales y desarrollo informático se mueven a una mayor velocidad que las agrícolas.
El Banco Central de Costa Rica destaca que acumulamos ocho meses de aceleración en la economía, pero a la vez reconoce que este es un comportamiento distinto por tipo de industria.
La construcción, por su parte al fin logró despegar, alcanzando el nivel más alto desde febrero de 2022, entretanto, la agricultora a duras penas registra una diferencia del 2,6%.
Es por eso que decimos que no seamos conformistas para que los resultados obtenidos en los primeros cinco meses del año sean solo un aliciente para hacer mejor las cosas.
No debemos limitarnos, podemos ir más allá. Las empresas necesitan medidas urgentes de reactivación, es tiempo de volver a creer en que sí podemos lograrlo.
Y esta titánica labor no es solo del Gobierno, en la Asamblea Legislativa hay una serie de proyectos que duermen el sueño de los justos, en lugar de pasar a los primeros lugares de la agenda.
Mucho se habla de eliminar cargas parafiscales, de cambios para el cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y de modificar las cuotas a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pero tras los dimes y diretes todo queda en nada.
Debemos volver los ojos atrás y emplear nuevas fórmulas para hacer mejor las cosas.
Si una vez se logró, somos capaces de volver a hacerlo, únicamente necesitamos de una estrategia país mediante la cual participen todos los actores en pro de la reactivación.
En este momento, el sector externo nos está jugando una buena pasada, pero vale preguntarnos: ¿Qué hemos hecho a nivel interno para mejorar las condiciones?
Podemos hablar de la reducción en el precio de los combustibles e insumos y materias primas para la producción de alimentos, la mejora en algunos trámites… ¿Y qué más?