Empleos dentro de un escenario shakesperiano
Opinión
Una regla universal es que la vida cambia y el Ser Humano -inmerso y como parte de la misma en sociedad- la hace que progrese, según su tiempo en que le toque vivir o ser parte como “meros actores” dentro del gran escenario teatral, como lo refirió Shakespeare durante el siglo XVl. Es por esta razón que el derecho está destinado a regular y satisfacer las necesidades de las personas, con el fin de hacer dable un orden común socialmente convenido por todos.
En ese sentido, el derecho en general y sus disciplinas, tanto del derecho laboral, como del de familia, son regulaciones de mucha sensibilidad social y muy importantes, por cuanto, a diario, su ejercicio se refleja, dentro de las diversas interacciones humanas que se suscitan.
Dirigidos estos en muchas ocasiones a personas con vulnerabilidad, de ahí la importancia, por ejemplo, en Costa Rica, que encuentren su unificación y valoración en última instancia, en la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, siendo la encargada de ver a ambos derechos, como ente superior a nivel jurisdiccional.
Ahora bien, los tiempos cambian conforme al desarrollo mundial, producto de las transformaciones tecnológicas y científicas, dentro de algo que le es connatural al individuo en comunidad, que es la progresividad de sí mismo, en un afán de subsistir y sobreponerse al resto de las especies que le acompañan globalmente.
Precisamente dentro de ese afán a través de los tiempos, los escenarios hacen que cambien y por ende los papeles en el empleo también. Veamos, ya no existen los empleos de encender las lámparas de canfín por las noches en la ciudad de San José; por su parte el puesto de ascensorista, con la prestancia de la vestimenta o el de repartidor de leche, de casa en casa, en carretas de bueyes, entre múltiples de otros trabajos, que se vinieron a desarrollar a partir de la independencia patria.
En el mismo sentido, y en pleno desarrollo del siglo XXI, las modificaciones son más abruptas -como ocurre en el derecho del trabajo- merced a la carrera que se ha pegado la ciencia; así, hoy ya no, se habla de la consola de discos musicales o walkman, sino de Spotify en línea; Netflix provoca que se vaya menos al cine y se cierren muchos videos de películas de los años 90; el transporte y servicios mediante plataformas, hace que lo tradicional, vaya decayendo; el teletrabajo, con aplicaciones como Zoom, Skype y están poniendo en entredicho los tiempos muertos de traslados, junto con los arrendamientos de moles de concreto y servicios presenciales, face to face; por su parte Wikipedia y ahora los ChatGPT, eliminan a los diccionarios; el e-mail, está dejando sin trabajo a los carteros; y los robots están y van a dejar sin empleo a millones de personas. Es que como decía el poeta, dramaturgo y actor inglés, la escena debe continuar.
De allí que, para evitar quedar por fuera de los empleos -y del mundo en general- es necesario tomar en cuenta esta realidad social y no negarse injustificadamente o convertirse en óbices de la progresividad y de seguido readaptarse a las posibilidades que ofrecen los mercados de empleo, enfocándose en la especialización, ejerciéndose, con proactividad y mística el desempeño funcional y por último, enfrentar los retos con actitud positiva, leal y ética… caso contrario, el destino es desaparecer del teatro shakesperiano, antes de tiempo.
* Doctor y Profesor en Derecho Laboral
