Consulta: ¡Hola Mauricio! Me han dado una gran noticia en estos días y es que voy a ser papá por primera vez. Estoy muy contento y a la vez con temores, es algo que había deseado con todo mi corazón hace mucho tiempo. Siempre leo su columna los domingos y este espacio los lunes porque me edifica mucho, deseo que me regale algunos principios de cómo ser un buen padre. Gracias y Dios te bendiga.
Respuesta
¡Felicidades por este hermoso acontecimiento! Quiero iniciar con un proverbio chino que dice “Un buen padre es mejor que mil maestros”.
La paternidad es hermosa, lleva muchas alegrías que se van guardando en el corazón. Para que ser padre sea funcional y que dé como resultado hijos felices, exitosos y de una buena conducta moral se debe cumplir con ciertas conductas y tener o adquirir algunas herramientas, así como a la vez deshacernos de ciertos patrones culturales que han estorbado para ser unos buenos padres.
En nuestra cultura los matrimonios crearon un negocio, “cuando tengamos hijos, yo como padre los mantengo y usted como mujer los educa y cría”. Acá los hijos están en desventaja. Es importante establecer que la crianza (crear algo), la formación, la disciplina, los límites y el afecto son responsabilidad de ambos, porque si solo la madre trabaja en ello, el hijo solo tendría la mitad de la formación, y tendríamos un hueco formativo y afectivo paterno.
Para ser padre sea funcional, este debe ocuparse en:
• Afectividad oral y física: implica decir constantemente que los amamos, así como abrazarlos y besarlos constantemente.
• Actividades: implica jugar, hacer cosas como pintar la casa o enseñarles cosas como los oficios domésticos.
• Comunicación profunda: se trata de conocer los gustos y el porqué de ellos, hablar de temas específicos según la necesidad de cada edad, quiénes son internamente.
• Límites y disciplina: ellos ocupan que los protejan de sí mismos y esto se logra por medio de colocar limitantes e impartir disciplinas cuando sea necesario.
• Formación: abarca enseñar a vivir correctamente, enseñar valores morales y espirituales.
Muy importante: esto debe practicarse constantemente, no darán buen fruto si se hace de vez en cuando. Otro punto a resaltar: debe hacerse en forma integral y no solo practicar un área. Por ejemplo, si un padre es muy afectivo, pero no trabaja el área de formación tendríamos como resultado un hijo indisciplinado, y por último resaltar que es el padre el responsable de hacer que estos encuentros sean una realidad.
Si hacemos lo correcto, entonces veremos una paternidad llena de satisfacciones y con una relación padre-hijo que llenara el corazón de ambos por siempre.
Que hijo y tú lleguen a ser uno.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Lunes 12 de Marzo, 2018
HORA: 12:00 AM
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