Sábado 18, Mayo 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinion

La seriedad de la política en broma y con fisga

En la época actual de la tecnología de punta, donde cualquier evento se computa a la velocidad de la luz, el Tribunal Electoral Interno del PLN sigue usando granitos de maíz para contar los pocos votos de la pasada convención. Aún no están los resultados definitivos. Cuántos votaron, cuáles son los porcentajes, cuántos fueron liberacionistas auténticos y los colados. ¿Lo sabremos algún día? Recordando la noche de ese domingo a un Antonio Álvarez desencajado, furioso, sospechando que le hicieran un fraude y le quitaran el triunfo, cabe preguntarse: ¿Ha existido el fraude electoral dentro del PLN?

Dos hechos para recordar. Primero: En su convención interna realizada el 1 de junio de 1997, los precandidatos fueron José Miguel Corrales, quien resultó vencedor (72,6%), y Walter Coto (27,4%), quien al perder acusó de fraude electoral al proceso y apeló el resultado solicitando su anulación. No le dieron pelota. El Tribunal Electoral Interno confirmó que hubo un manejo inadecuado de los votos, pero rechazó la anulación alegando que la cantidad de votos anulados no afectaba el resultado. Walter Coto se fue resentido del PLN y con la certeza de que fue víctima de fraude. 

El presidente Solís, quien fue militante del PLN (1977/2010), y su Secretario General durante quince meses (2002/03), al iniciar su campaña electoral, el 14 de octubre de 2013, al explicar por qué dejó al PLN, dijo: “renuncié a la corrupción, a la incapacidad, a la ineptitud, a la politiquería y al fraude electoral…”. Con estos dos hechos, lógicamente cabe dudar sobre la honestidad electoral del PLN. Marco Tulio Cicerón nos dejó para la posteridad la siguiente frase: “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”. ¿Se conocerá la verdad o seguirá sepultada bajo una lápida de sólido granito de conveniencia partidaria?

El 4 de junio será la convención del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) con los precandidatos Rodolfo Piza y Rafael Ortiz. Ambos no son tan turbulentos ni tenebrosos como los del PLN, y, que se sepa, no tienen rabo que les majen, son honestos, bien intencionados, pero sin mucha experiencia política, tal vez Ortiz es el más ducho, pues como diputado sabe manejar los juegos del poder. Piza no es un socialcristiano auténtico, comulgó durante algunos años con el Movimiento Libertario y como liberal fue presidente (1996) de la Asociación Nacional de Fomento Económico (ANFE), que agrupa a los liberales del país. 

En cambio, Ortiz se considera socialcristiano nato y se ufana recordando que el Doctor Calderón Guardia lo chineaba de niño. 

Pareciera que Piza puede ser el ganador a los ojos de un cura que lo bañó en agua bendita o quizás se quede estacionado en su flamante sede La Estación.

El PUSC, de ideología socialcristiana, fue fundado por Rafael Ángel Calderón Fournier y participó por primera vez en el sufragio de 1986 con dicho candidato, quien perdió las elecciones frente a Óscar Arias. 

Desde entonces, ha participado en ocho procesos electorales, ganando tres veces la Presidencia de la República, con Calderón (1990), Miguel Ángel Rodríguez (1998) y Abel Pacheco (2002). Para las elecciones de 2014, se fraccionó en una lucha partidaria con dos tendencias; Convergencia Calderonista, formada alrededor del expresidente Calderón y con el Dr. Rodolfo Hernández como precandidato presidencial. 

La otra, Renacer Socialcristiano, constituida por nuevos líderes que se apoderaron de las viejas estructuras del PUSC y presentaron como precandidato a Rodolfo Piza, quien al final ganó la convención y fue el candidato presidencial obteniendo el quinto lugar con apenas 123.739, votos equivalentes al 6,02% de los votos válidos en esas elecciones.

Con la derrota de 2014, Junior Calderón, a lo mariachi, se emberrinchó y dejó el PUSC para fundar, en el año 2016, al Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), que tiene como candidato para las elecciones del 2018 nuevamente al Dr. Hernández; el de la bata limpia, recordado por las múltiples renuncias y cuya motivación se fue de viaje.

Por consiguiente, los socialcristianos están divididos. De acuerdo con la frialdad de las estadísticas, qué oportunidad tienen, descabezados en dos partidos, de ganar las elecciones del 2018. 

Muy pocas. Si en el 2014, los llamados mariachis con Rodolfo Piza apenas obtuvieron 123.789 votos, de adónde van a sacar 892.047 votos, equivalentes al 40% de los supuestos votos válidos, para ganar las elecciones en la primera ronda. 

Tarea muy difícil, casi que imposible. Pero no deben perder las esperanzas, porque en política todo es posible.

PERIODISTA:

EMAIL:

Sábado 13 Mayo, 2017

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA