La queja más común de un tico promedio es la falta de respuesta de las instituciones del Estado, la inoperancia e inutilidad. Pasa en todo el sistema, desde los servicios de la Caja Costarricense de Seguro Social hasta las deficiencias del plan educativo, la ineficacia del Ministerio de Obras Públicas y la falta de solución en el tema fiscal.
Así las cosas, el gobierno se acercó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) buscando la ayuda que le permita ordenar el sector público usando la experiencia de sus 34 miembros, países de primer mundo que han resuelto muchos de los problemas que enfrenta una nación con aspiraciones como las de Costa Rica.
“Hemos generado expectativas del más alto nivel, pero las capacidades del Estado están a un nivel más bajo. Tenemos que enfrentar una decisión: desinflamos las expectativas de la gente, decimos usted no espere más derechos, más protección ambiental, mejor salud, mejor educación, porque está pidiendo cosas que yo no puedo darle o potenciamos para que el Estado y los mercados puedan levantarse y alcanzar esas expectativas”, explicó Alexander Mora, ministro de Comercio Exterior.
Mora, quien coordina el Consejo Ministerial de Adhesión a la OCDE, dijo que siempre existirá una brecha entre lo que el país puede dar y lo que la gente pide, pero no tan amplia como la que se ha abierto en Costa Rica, al aspirar a más servicios y de mejor calidad. Para él, los miembros de la Organización pueden ayudar a plantear esa experiencia que ya resolvieron.
“Podemos accesar a nuestros pares de esos estados y los técnicos de gente muy calificada que ya pasó por estos problemas y ya los resolvió. Esto se convierte en un punto que ayudará a pasar ese proceso que como país estamos teniendo dificultades para orientarnos, como es el caso del tema fiscal”, ejemplificó.
PRIMERO EN LA REGIÓN
Los miembros de la OCDE son reconocidos en todo el mundo. Además de lo que significa a lo interno para la operación del país, en el exterior representa un sello de garantía para inversores y empresarios que buscan más provecho para sus inversiones.
En este plano ser miembro de OCDE reportaría beneficios a los que el país está acostumbrado, siendo uno de los más adelantados de la región.
En Latinoamérica solo Chile y México son miembros, Colombia fue invitado pero aún está en proceso, convirtiendo a Costa Rica en una de las naciones que aspiran a alcanzar tal nivel.
“Seremos el país más pequeño que está en la Organización (o el segundo), no solo en economía, también en población y territorio; hemos llegado hasta aquí por nuestras capacidades, después de un proceso complejo de coordinación entre 27 instituciones públicas para que se nos extendiera esta invitación”, expuso Mora.
Sin embargo Costa Rica primero debe resolver los pendientes para acceder al conocido “club de los países ricos”.
Mora reconoció que la Organización presionará sobre el tema fiscal (alcanza el 5,6% del Producto Interno Bruto). “La OCDE nos dice si usted no tiene finanzas públicas sostenibles, no puede acelerar el desarrollo, mejorar los servicios de salud y educación con finanzas desequilibradas”, agregó.
La invitación para ingresar representa una oportunidad, pero hay camino por recorrer hasta que Costa Rica se siente a la mesa con los grandes para resolver los problemas que limitan un crecimiento prometido años atrás.
