Está legal
La receta es muy sencilla: lo primero que hay que hacer es oponerse a cualquier tope que imponga la ley. Si el Código de Trabajo en su artículo 29 y la Ley de Protección al trabajador establecen una cesantía máxima de ocho años, hay que obligar al gobierno a que reconozca una cesantía de veinte años como la que tienen la Caja de Seguro Social, EL INS, Japdeva, la Junta de Protección Social o el ICE. También hay que lograr más de dos semanas de vacaciones por año. La lucha debe ser imitar a los que gozan de un mes de vacaciones por año como la Universidad de Costa Rica, Recope, o Japdeva. Todas las instituciones deberían pagar beneficios e incentivos por llegar temprano siempre, porque es un gran sacrificio levantarse, bañarse y llegar al trabajo. Y también por no faltar ningún día en el mes, subvencionar los almuerzos y darnos todos los permisos que pidamos.
El segundo paso es asegurarnos de que los salarios de los funcionarios de bancos estatales e instituciones autónomas y catedráticos de universidades estatales superen los de los ejecutivos de transnacionales europeas. Al fin y al cabo Costa Rica es la Suiza Centroamericana. Además debe haber salario en especie, uso de celular ilimitado, carro con chofer, gasolina, pago de almuerzos, hospedaje dentro y fuera del país, y pago de pasajes internacionales para asistencia a seminarios, cursos y reuniones.
El tercer paso es no respetar el tope a las pensiones que ha establecido la ley. De manera que los pensionados con regímenes especiales puedan dedicarse a recorrer el mundo y a hacer sus compras en Miami, mientras la mayoría recibe doscientos mil colones por mes de pensión. Algo muy importante es no pagar impuestos. De por si las calles siguen llenas de huecos y no sabemos en qué se usan los dineros que se recolectan.
El gobierno también tiene tareas importantes que ejecutar para llevar a la quiebra al país. La primera es no recolectar el impuesto de renta. Debe continuar aceptando que muchos profesionales reporten un ingreso mensual de treinta y cinco mil colones mensuales. La famosa renta presuntiva que se iba a aplicar a los profesionales fue solo una buena intención de las tantas que tapizan el infierno. Y ni hablar del impuesto sobre las ventas.
La segunda tarea es no cobrar las deudas de las instituciones, especialmente a los grandes deudores. Se debe perseguir solo a los pequeños deudores para mantener a todos los abogados de planta persiguiendo deudas menores ojala que no lleguen al millón de colones. Y por último desperdiciar los préstamos. Pagar los intereses y nunca pero nunca jamás ejecutar las obras que se ha comprometido a realizar, tal como se hizo con la tan esperada y nunca realizada Ciudad Puerto en Limón. De esta manera se evitará el progreso y el desarrollo económico de zonas que están en alto riesgo social generando mayor pobreza y delincuencia.
Con todo esto en marcha, es cuestión de muy poco tiempo para entrar en una total y absoluta bancarrota.
*Abogada litigante / [email protected]
