Hace unos días murió Warren Anderson, fiel exponente de la fauna corporativa que medra a costillas de este pobre planeta…
A Anderson se lo sindica como el principal responsable del llamado desastre de Bhopal, ocurrido en 1984 en esa región de la India.
La catástrofe se originó al producirse una fuga de isocianato de metilo en una fábrica de pesticidas propiedad de la compañía estadounidense Union Carbide.
Al entrar en contacto con la atmósfera, el compuesto liberado se condensó en una densa nube que se entronizó en la ciudad, una masa letal que se desplazaba al ras del suelo y provocó la muerte de miles de personas y seres vivos que murieron asfixiados de forma casi inmediata y otras muchas fallecieron en accidentes al intentar huir de ella durante la desesperada y caótica evacuación de la ciudad.
Investigaciones posteriores revelaron que el accidente se produjo al no tomarse las debidas precauciones durante las tareas de \\o “Limpieza” limpieza y mantenimiento de la planta, lo que provocó la apertura por sobrepresión de las válvulas de seguridad de los tanques y con ello la liberación a la atmósfera del gas tóxico; con el agravante adicional que el sistema de refrigeración de los tanques y el catalizador de gases previo a la salida a la atmósfera, se habían desactivado para bajar costos.
Otro ejemplo de la macabra regla corporativa de minimizar gastos y maximizar ganancias a costa de cualquier cosa…
Se estima que entre 6.000 y 8.000 personas murieron en la primera semana tras el escape tóxico y al menos otras 12.000 fallecieron posteriormente como consecuencia directa de la catástrofe, que afectó a más de 600.000 personas, 150.000 de las cuales sufrieron graves secuelas.
La planta química fue abandonada tras el accidente y Union Carbide no respondió por los daños causados y se tomó las de Villadiego.
Ahora reportan que Anderson, murió escapando, solitario y escondido.
¡Que descanse en paz!
Si puede….