CONSULTA: Mauricio he ido varias veces a consulta con psicólogos que me hacen ver por qué estoy haciendo algo mal y me guían hacia la conducta correcta, pero al final cuando salgo y regreso a mi vida sigo haciendo lo mismo. ¿Qué ocurre?
RESPUESTA: Ponga atención a estos escenarios:
-Mauricio yo quiero saber si mi pareja me da vuelta. Pasa el tiempo y se da cuenta de que sí le era infiel, ¿y qué hace? Nada.
-Mauricio me interesa saber qué es lo debo hacer para cambiar. Se procede y se le entrega cada punto para lograr cambios, además se le motiva a iniciarlos, al final no hace los cambios.
-Mauricio venía a consulta para saber por qué soy así de difícil. Se le hizo la evaluación y se encontraron algunos del porqué era así, pero siguió siendo difícil.
-Mauricio quiero entender eso de colocar limites, pues mi esposo tiene conductas hacia mí que no me gustan. En la terapia llega a entender cuáles son los límites y por qué colocarlos, pero no se los puso a su esposo.
-Mauricio yo quiero conocer la verdad de Dios y su voluntad para mi vida. Cuando se le revela la misma, se queda adorándolo, se queda solo diciendo amén, pero al final no la obedece.
Y así puedo seguir mencionando muchos casos en donde el objetivo de la persona (me ha pasado también) es conocer la verdad de lo que está pasando, pero al parecer al conocerla no hace nada.
¿Por qué sucede esto? El hecho de conocer la raíz y el porqué de lo que le sucede puede provocarles mucho dolor a algunos y esto hace que huyan de la verdad porque no quieren sufrir más. Puede ser que saber la realidad los confronte y no desean serlo.
Otra situación es que al conocer esa verdad, esta lleve a la persona a tomar decisiones que no quiere tomar o que simplemente le da pereza ponerlas en acción. También suele pasar que esa verdad le pida dejar cosas a las cuales no quiere renunciar. Suele suceder que cuando la verdad aparece es más radiante de lo que esperábamos y nos alejamos de ella, pues nos abruma.
Por todas estas razones y más, cuando conocemos la verdad y vemos su verdadero color, su intensidad, su textura, su fuerza y cómo nos desnuda, todo esto junto nos aterroriza. La verdad aparece diciéndonos quién somos realmente, a la vez que nos guía hacia dónde ir para mejorar, pero el precio es alto y al final nos queremos pagarlo.
La verdad nos hace libres, pero a veces queremos vivir en la esclavitud de nuestra mentira, aunque produzca daño, aunque nos haga vivir en un mundo de fantasía como una droga. Queremos saber la verdad, pero no queremos vivir en la verdad.
Por eso debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿realmente quiero saber la verdad?, ¿si me la muestran qué voy hacer con ella?, ¿voy a huir o voy a permitir que esta me desarme para volver a reconstruirme como se debe? Así que lo mejor es que si uno se topa con la verdad, solo queda abrazarla y seguirla para que nos lleve a un lugar más alto, más seguro y nos haga mejores personas.
Mauricio Mora
Consejero familiar
Para citas al teléfono. 8352-5000
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