Cuando vemos lo sucedido en el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop) y el vínculo de sus altos mandos con la empresa Transmares, operadores del Ferry con El Salvador, nos preguntamos si esto era de conocimiento del jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Luis Amador.
Y es que la responsabilidad no se delega. Es justamente esta cartera la rectora del sector y eso hace que resulte muy difícil de creer que no se sabía de la correlación existente.
Al final resulta muy sencillo pedir la salida del presidente del Incop, Widman Cruz, cuando realmente no se saben los entretelones que llevaron a decidir que el operador del Ferry fuera una empresa con la que había un claro vínculo.
Es de aplaudir el hecho de que se pudiera poner esto en operación, luego de más de cinco años de espera, lo que no se vale es que para sacar adelante la tarea se dejen de lado temas fundamentales como la ética y la transparencia.
Ahora pasamos de ser un país ejemplar a convertirnos en el foco de la noticia internacional por un aparente conflicto de intereses. No podemos tapar el sol con un dedo, y lo que hicimos bien, lo borramos con el codo.
Todo este tipo de situaciones también van en detrimento de la economía y nuestra imagen. De modo que no, no basta con quitar al presidente del Incop, para decir “aquí se rompió una taza y cada quien para su casa”. No, señores.
En este tema, hay mucha tela que cortar. Un día amanecimos con el anuncio de que finalmente está Administración había logrado poner en marcha el Ferry, pero ¿a qué costo?
Como bien dicen los abuelos: “Despacio que llevo prisa”. El apuro no es siempre un buen consejero y el resto de directivos del Incop también deben muchas explicaciones.
¿Cuándo y cómo se eligió a la empresa Transmares? ¿Hubo un acuerdo de junta directiva? ¿La empresa se eligió a dedo o hubo un concurso? ¿Pasó por la Contraloría? Esas son preguntas que nos hacemos todos los costarricenses.
Queda por ver si el Ministerio Público abrirá una investigación de oficio o si esperará a que algún costarricense sea quien interponga la denuncia, como ha ocurrido en otras oportunidades.
El nombramiento del vicepresidente de la junta directiva del Incop, Alejandro Vargas, como nuevo gerente del proyecto del Ferry de la empresa Transmares llama la atención, porque justamente es quien ocupe ese cargo el que se encarga de fijar parámetros y fiscalizar la prestación de los servicios portuarios.
Si fuera que el tema del Ferry no fue conocido por el Instituto, ¿entonces por qué renuncia el presidente de la entidad? Resulta muy poco creíble que en el Incop no se viera el asunto, dadas sus funciones.
Aquí lo que procede es convocar a una contratación con carácter de urgencia para elegir al operador, porque nadie cuestiona que este es un proyecto necesario para el correcto desempeño del comercio.
No obstante, el problema ya es internacional, porque se comunicó a El Salvador quién sería el operador, la contraparte y la fecha de inicio está prácticamente encima. ¿Cómo saldremos de este entuerto? ¿O será que la solución es quitar a Widman Cruz y dejar a Transmares como operador? Juzgue usted.