Pekín, (EFE).- Los presidentes de las dos grandes potencias mundiales, el estadounidense Barack Obama y el chino Xi Jinping, comienzan mañana viernes su primera reunión como jefes de Estado, en la que China aspira a marcar el inicio de \”una nueva relación\” más igualitaria.
El encuentro, con el que concluye la gira de Xi por el continente americano, tendrá lugar en la lujosa propiedad de Sunnylands, en el sur de California.
La idea es posibilitar una relación más distendida entre los dos líderes y recuperar -quizá- la cordialidad de tiempos pasados, cuando Deng Xiaoping lució un sombrero vaquero en su visita a EEUU o cuando Jiang Zemin visitó el rancho de George W Bush en Crawford en 2002.
Pero las circunstancias actuales son muy distintas. Si en 2002 China apenas se incorporaba al sistema global de comercio con su ingreso en la OMC, once años más tarde se ha convertido en la segunda economía del mundo, con la perspectiva de ser la primera en un puñado de años.
Y si hace apenas una década Pekín rehuía el protagonismo internacional, hoy el régimen no duda en pisar fuerte en la arena política global.
Por ello, es poco probable que Xi -un líder que goza de importantes lazos con el Ejército chino y que no ha sido ajeno a declaraciones nacionalistas en ocasiones- llegue a California con ganas de hacer concesiones, y sí con mucha determinación a marcar que la relación debe ser de igual a igual.
En días previos ya ha habido algunos indicios de ello: el presidente chino dio declaraciones a medios de México, Costa Rica, y Trinidad y Tobago, las otras etapas de su gira, acerca de su viaje, pero no ha hecho lo mismo con medios estadounidenses.
Y un editorial del \”Diario del Pueblo\”, el órgano oficial del Partido Comunista Chino, aseguraba que \”la relación bilateral más importante del mundo, y la mejor relación entre países grandes\” es la de China y Rusia.
Así, la gran prioridad de China en este encuentro, como indicaba la semana pasada el director general para Norteamérica en el Ministerio de Exteriores chino, Zheng Zeguang, es establecer un \”nuevo modelo\” de relación, que incluya no sólo la \”confianza mutua\”, sino también \”la igualdad, la inclusión, el aprendizaje y las ganancias mutuas\”.
La agenda estará repleta de temas de gran importancia mundial, pero las prioridades serán diferentes para uno y otro.
EEUU ya ha indicado que destacará la ciberseguridad, tras acusaciones contra China de ataques informáticos a sus empresas e instituciones. También saldrán a relucir las reclamaciones de soberanía china sobre islas del Pacífico.
Y Xi querrá dejar claro que China sigue sin estar convencida de que el cambio de eje en la política exterior de EEUU para centrarse más en el Pacífico no tenga como objetivo contener la creciente influencia de la República Popular.
La Casa Blanca ya ha indicado que busca una relación con Xi más personal que la que Obama pudo mantener con el envarado anterior presidente chino, Hu Jintao.