La Ministra de Educación doña Guiselle Cruz Maduro, durante su última comparecencia ante la Asamblea Legislativa, declaró una emergencia educativa nacional por causa de la pandemia del Covid-19, a la vez que insistió férreamente en defender la vuelta a las clases presenciales; considera que las clases presenciales deben iniciar a partir del 8 de febrero próximo dado que los estudiantes necesitan de la interacción y la relación entre sus pares, así como para no restringir el derecho básico a la educación del estudiantado nacional. De igual forma, la Ministra señala que actualmente el Ministerio de Educación Pública posee más de veinte protocolos diferentes, con los cuales se ajustará la vuelta a las clases presenciales.
La posición ministerial, debo señalar, resulta desconcertante. Todos en Costa Rica sabemos las pésimas condiciones generales en las cuales se encuentra la infraestructura escolar, así como la falta de internet en las aulas; todos sabemos además que durante la temporada seca son constantes los cortes de agua potable en las comunidades; y aun sabiendo esto, llamar de vuelta a las aulas a más de un millón de estudiantes, y a los más de sesenta mil docentes, realmente resulta preocupante y arriesgado para toda la población nacional. Por otra parte, en la actualidad un número importante de centros educativos poseen órdenes sanitarias activas emitidas por el Ministerio de Salud, situación que hace inviable técnicamente su apertura.
La Señora Ministra olvida que durante el año pasado fuimos los docentes quienes con nuestros propios ingresos económicos debimos pagar el servicio de internet para estar en contacto con nuestros estudiantes, usando nuestras computadoras, e incluso habilitamos nuestras líneas telefónicas personales para atender al estudiantado y sus encargados legales; y el Ministerio le pide a los docentes ahora volver a las aulas sin ni siquiera proporcionarles al menos una mascarilla de protección, sin proveer el alcohol en gel para uso en las aulas y desprovistos de las vacunas respectivas. Se le olvida a la señora Ministra que la pandemia no ha acabado, que llevamos ya en el país más de 2.500 personas fallecidas por el virus, y que en los hogares de los estudiantes y docentes conviven miles de personas de altísimo riesgo, quienes podrían engrosar aún más la cifra de fallecidos en Costa Rica.
Por otra parte, el descubrimiento reciente de las nuevas cepas del virus, las cuales han demostrado ser más letales y contagiosas, que incluso llevaron a poner en cuarentena total a países de Europa en los últimos días, nos hace reconfirmar la inconveniencia de la vuelta inmediata a las clases presenciales en nuestro país.
Por otra parte, la Ministra señala que la responsabilidad sobre la vuelta a las clases presenciales de cada centro educativo recae en la figura del Director o Directora de los centros educativos, con lo cual se delega en ellos una decisión trascendental, la cual puede significar que más personas se infecten, e incluso eventualmente fallezcan. ¿Están realmente preparados los Directores y Directoras de cada centro educativo de este país para tomar esa decisión?
Siendo que los efectos de la pandemia no han cesado, que diariamente el Ministerio de Salud nos reporta nuevos fallecimientos, que existen nuevas cepas del virus, y que el proceso de vacunación avanza muy lentamente en el país, me parece inapropiado, e incluso peligroso, que el Ministerio de Educación Pública esté llamando en este contexto a una vuelta a las clases presenciales. En su lugar, el Ministerio debiera estar profundizando su apoyo tecnológico a los docentes y estudiantes, para permitir que el curso lectivo continúe en modalidad a distancia, hasta que el proceso de vacunación haya realmente avanzado, y que la población costarricense se sienta realmente segura de reiniciar la presencialidad escolar.
Señora Ministra, en el contexto actual, la mejor forma como nos podemos cuidar, y cuidar a otros, es evitando el contacto social, no exponga la salubridad del pueblo cuando todavía las condiciones no son las idóneas. Concuerdo con que las clases deben volver a la presencialidad, pero no ahora, no ya, aún no es el momento. Actuemos con prudencia y de forma responsable.
*Docente Ministerio de Educación Pública