Soy una mujer casada de 48 años. Tengo 19 años de vivir con mi esposo de 53 años. Cuando lo conocí era jovial y simpático, sexualmente complaciente, pero desde hace unos 3 años se ha vuelto apático, retraído, casi no tenemos relaciones, pero lo que más me preocupa es que parece un amargado. Él se queja de todo. Nos llevamos bien y para mí tiene su mismo encanto, pero no me gusta verlo tan reclamón. ¿Será por la edad?
– Los cambios marcados en el comportamiento cotidiano siempre deben llamar la atención de allegados y familiares, ya que rara vez son provocados por la edad, sobre todo cuando hablamos de personas de 50 años, que son relativamente jóvenes.
Desdichadamente todavía persiste el estigma de la edad, y es frecuente que conforme agregamos candelas al queque, creamos que estas son las responsables de diversos síntomas que no tienen que ver con los años y que en realidad se pueden presentar hasta en personas jóvenes.
El otro estigma imperante radica en considerar que todos los cambios en el comportamiento son de origen psicológico, mental o sentimental, sea por un trauma, por una vivencia negativa o por una insatisfacción vivencial.
En realidad, hay enfermedades físicas que atacan al organismo y que pueden provocar cambios en los patrones de conducta como las afecciones tiroideas, hepáticas y la misma diabetes entre otros, que pueden producir apatía, irritabilidad, malestar general, y hasta cierto retraimiento. De igual manera algunas infecciones virales, como el epstein barr y el citomegalovirus pueden dar síntomas similares, y desde luego algunos problemas con los neurotransmisores cerebrales. Todas estas condiciones son tratables y es común que el paciente recupere su estado anímico y su vida sexual.