Un total de 62 casos de comercialización de vida silvestre ha trabajado hasta el momento la Unidad de Investigación de la Sección Especializada en Delitos Medioambientales y de Bienestar Animal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Estos números actuales hacen que la Unidad proyecte alrededor de 120 a 130 casos al finalizar el año, cifra muy superior al total de 88 incidencias que tuvieron durante 2023.
Alejandro Fernández, jefe de la Unidad, explicó que este negocio lucrativo para personas coleccionistas va en aumento, ya que hay casos de sujetos que tienen lugares adaptados dentro de sus casas para albergar a la fauna silvestre o exportaciones de especies exóticas.
“Hemos logrado en años atrás desarticular una familia completa que se dedicaba a la exportación de artrópodos como escarabajos y mariposas, en la Zona Sur, hace dos o tres años”, contó.
Por otra parte, confirmó que existen grupos muy exclusivos y herméticos en redes sociales donde personas intercambian o venden animales silvestres, ya sea por hobby o por comercialización.
Una de las sorpresas que se ha llevado esta Unidad es que son llamados durante los allanamientos por drogas, ya que en los lugares donde esconden estupefacientes a veces encuentran animales exóticos que son vendidos a coleccionistas.
“Nosotros hemos logrado vincular personas con narcotráfico tras allanamientos de la sección de estupefacientes, les hemos colaborado a decomisar animales como serpientes y dragones barbudos, por la tenencia del animal como una mascota”, acotó.
Fernández subrayó que las multas por estos delitos apenas son de 20 salarios base (unos ¢9 millones), y en caso de prisión, pueden alcanzar las penas de 1 a 3 años.
VETERINARIOS
Pero además profesionales o estudiantes de veterinarias han sido vinculados a estos casos de comercialización de vida silvestre, de acuerdo con el jefe de la Unidad.
“Tenemos profesionales en veterinaria que se dedican a la comercialización. Entre más exótico es el animal, más caro”, enfatizó el funcionario.
Aparte de la comercialización, los agentes judiciales han puesto su objetivo en detener el ingreso de animales que no pertenecen a Costa Rica.
“Ingresar o portar animales que no son endémicos del país, nunca se van a poder liberar en el medio, porque ponen en peligro todo el medio. Hay personas que porque no tienen el espacio las liberan y ponen en peligro el ecosistema endémico”, agregó el jefe de la Unidad.
A pesar de que el experto no comentó sobre un vínculo de estos ilícitos con organizaciones criminales, hace pocas semanas Alejandro Alpízar, fiscal de la Fiscalía Adjunta Ambiental, confirmó a DIARIO EXTRA que las bandas de narcotráfico ya incursionan en delitos ambientales por las bajas penas de cárcel a las que se exponen sus miembros.