La investigación ordenada por el Directorio Legislativo, formado por los diputados Víctor Emilio Granados, Rita Chaves y Martín Monestel, mis excompañeros de bancada en el Partido Pase, solo puede ser calificada como la evidencia categórica de la persecución política a la cual he sido sometido por su parte.
Desde hace ya varios meses, a partir del momento en que decidí comunicar a instancias judiciales ciertos hechos irregulares en el seno del partido que llegaron a mi conocimiento y que a la postre generaron mi separación de dicha fracción, ellos han buscado un día sí y otro también enlodar mi nombre y tergiversar la realidad para hacer parecer verdades afirmaciones falsas y carentes de sustento.
El procedimiento llevado a cabo en el Directorio Legislativo ha estado revestido de un constante atropello a los principios fundamentales del debido proceso pues, en primera instancia, se trata de un procedimiento inventado, ya que no está previsto en ninguna norma de nuestro ordenamiento jurídico que el Directorio Legislativo pueda imponer medidas cautelares o sanciones a un diputado, pues dicho cuerpo colegiado no representa un superior jerárquico para sus pares.
Si querían investigar de manera seria y responsable, con apego a derecho y a los principios del debido proceso, lo adecuado era remitir a la instancia judicial correspondiente, desde el principio, el caso para que lo analizase y no montar este show político que se ha convertido en una cacería de brujas en mi contra, tan solo con el fin de generar notas de prensa descontextualizadas.
No contentos con aplicarme un procedimiento administrativo que no existe, ni siquiera me han permitido participar del mismo con el objeto de dar mi descargo y defenderme de los hechos que se me endilgan. En ningún momento de la investigación se me ha dado la oportunidad de aclarar los puntos cuestionados y explicar la situación real, tan solo se han basado en chismes de prensa para argumentar la investigación donde supuestamente yo hice un uso inadecuado de los vehículos asignados en las giras que realicé a diversos puntos del territorio nacional.
A mí nunca se me notificó sobre el procedimiento que se estaba llevando a cabo en el Directorio Legislativo; además, durante la investigación realizada por el Departamento de Asesoría Legal nunca se me dio audiencia al respecto para que yo diese las explicaciones correspondientes, ante una instancia que en todo caso, no es la indicada para llevar a cabo una investigación preliminar. ¿Desde cuándo son Fiscalía de la República? Porque si eso es así, entonces deberían hacer una investigación preliminar sobre los casos de corrupción existentes en el Partido Pase, los cuales son abundantes.
Literalmente en la nota publicada en este diario, se me achaca: El cobro de facturas infladas por concepto de viáticos, el cambio en los destinos de las giras, el reporte irregular de los lugares donde pernoctaron los choferes y los vehículos de la Asamblea. Al respecto me referiré en la Fiscalía ya que allí sí se me aplicará el debido proceso al cual tengo derecho como ciudadano costarricense; sin embargo, debo decir que esta es una tergiversación pues: a) Un diputado no recibe viáticos por las giras que realiza, por lo cual yo no podría haber cobrado facturas ni infladas ni literales. B) El reporte de donde duermen los choferes y se guardan los vehículos (porque los carros no duermen como lo consignan en la nota), no me correspondía realizarlo a mí, el llenado de las boletas, luego de concluido el servicio, no es obligación mía.
Yo lamento muchísimo que mis excompañeros de fracción se hayan abocado a tratar de destruirme como diputado y como ser humano tan solo para vengarse de mí por haber tratado de sacar a la luz gravísimos casos de corrupción que carcomieron la estructura del partido y que ya han sido ampliamente cubiertos por diversos medios.
Cuando yo entré al Partido Pase, craso error del cual no me alcanzará la vida para arrepentirme, lo hice con el sueño de luchar por las minorías, especialmente por las personas con discapacidad como yo. Lamentablemente a la vuelta de 3 años descubrí con amargura que en ese partido tan solo nos utilizan como señuelos para obtener votos, burlándose de nosotros y de nuestras necesidades y enriqueciéndose a costilla nuestra.
Qué pena tan grande siento al ver cómo mi sueño noble y la esperanza que de buena fe albergaba en mi corazón, se convirtió en la peor pesadilla de mi vida, una de la que aún no logro despertar y la cual cada día me persigue sin descanso.