Caracas. (AFP) – Venezuela vivió una jornada electoral el fin de semana en la que se elegían 23 gobernadores y 335 alcaldes, así como legisladores regionales y municipales, entre más de 70.000 candidatos.
Las elecciones regionales, más que elegir gobernadores y alcaldes, pueden servir como nuevo punto de partida tanto para el presidente Nicolás Maduro, quien busca el levantamiento de sanciones, como para la oposición, que vuelve a la vía electoral con la mira puesta en una elección presidencial \”transparente\” en 2024, aunque el próximo año tiene la opción de un referendo para revocar el mandato del jefe de Estado.
\”Yo quiero que mi país salga adelante, como ella quiere que salga. Siempre vamos a tener un sentir que haya un país próspero para nuestros hijos y nuestros nietos, así gane su candidato o gane el mío\”, comentó Viana a la AFP.
Los centros de votación comenzaron a cerrar a las 6 p.m., aunque habitualmente el lapso se extiende en aquellos en los que aún hay electores en espera, y los resultados se anuncian bien entrada la madrugada.
Pedro Calzadilla, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), pronosticó \”una muy buena participación\”.
Los centros de votación en Caracas tenían filas, una imagen muy distinta de los desiertos en las dos previas elecciones, las presidenciales de 2018 y legislativas de 2020, en las que la oposición se marginó denunciando \”fraude\” y llamó a la abstención.
Estas elecciones, en las que estaban convocados 21 de los 30 millones de habitantes, marcan igualmente el retorno de observadores internacionales tras más de una década de ausencia.
\”Ya es una victoria para Venezuela\”, celebró Maduro después de votar en una instalación militar en Caracas. Su poder no está en riesgo con estos comicios.
\”RESISTENCIA\”
La oposición regresó a la vía electoral fracturada, debilitada y sin candidaturas unitarias en la mayoría de las regiones, y expertos coinciden en que el chavismo ganará la mayoría de los cargos.
La oposición se negó a participar en la elección presidencial de 2018, en la que Maduro fue reelegido, y en las legislativas de 2020, en las que el oficialismo recuperó el Parlamento.
Ambos procesos tuvieron amplio rechazo internacional, liderado por Estados Unidos y la Unión Europea.