La abundante lluvia, los largos periodos de sequía y otras condiciones climatológicas han encarecido productos como el tomate, algo notorio para los costarricenses al ver los precios en los comercios.
En visitas realizadas por un equipo de Diario Extra a distintos supermercados, se encontró que los costos superaban los ¢4.000, llegando hasta los ¢7.495 por dos kilogramos de tomate, que eran solamente nueve unidades.
Por su parte la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA) también puso sobre la mesa una problemática que agrava la situación: los altos márgenes de los intermediarios por los que deben pasar las hortalizas y verduras antes de llegar al cliente final.
Ivannia Quesada, presidenta de la organización, señaló que estos “oscilan entre el 100% y 250% sobre el precio que se le paga al agricultor en la finca”, es decir, que entre el costo de venta del tomate para las cadenas de supermercados y el que pagan las personas para comprarlo, el valor puede hasta casi triplicarse.
“Si el objetivo final es proteger y beneficiar al consumidor nacional, hay que regular los márgenes de intermediación los cuales hoy en día son sumamente elevados”, explicó.
Para ahorrar, la CNAA recomendó a la población que analice e investigue los lugares que ofrecen mejores costos y que sea empática con las condiciones que afrontan los productores. “¿Cuál sería un precio justo para un agricultor que lucha a diario con los fenómenos climáticos que nos azotan, ya sea sequía o exceso de lluvias, plagas y enfermedades, alta inversión en producción, tipo de cambio y la incertidumbre final, si llega a la cosecha, de cuánto le pagarán?”, expresó.