A partir de este 1ᵒ de mayo y hasta el 31 de julio, el Instituto Costarricense de Pesca (Incopesca) iniciará la veda pesquera en el Golfo de Nicoya, de modo que se prohibirá la extracción de especies con escama y camarones.
Esta práctica se aplica como medida de protección para que la época de reproducción de las distintas variedades de vida marina se efectúe con normalidad y no se den alteraciones en los ecosistemas.
Pero, aparte de dejar en pausa a quienes mercadean con pescado, también se afecta al sector molusquero, pues quienes no pueden desempeñar sus labores por la veda recurren a capturar moluscos.
“Nosotros quedamos a un lado de la veda, pero sí nos afecta un montón porque, como yo le he dicho a Incopesca, la parte de la economía se nos viene abajo porque pescaderos que saben extraer moluscos, mejillón o piangua se meten a sacar todo eso, entonces nos llenan el mercado.
Ellos se meten a extraer y se van sin permiso y uno no puede hacer nada, entonces el mercado se nos complica duro”, mencionó a DIARIO EXTRA Oldemar Acosta, líder de la Cooperativa de Molusqueros de Puntarenas.
¿QUÉ PASA EN LA VEDA?
En total, cerca de 1.400 personas se someterán a esta restricción, que se aplica desde hace 39 años. Los afectados recibirán ¢145 millones que serán repartidos entre los trabajadores del mar y sus ayudantes que estén regulados por la ley.
El Periódico de Más Venta en Costa Rica quiso conocer la opinión de Ana Ruth Medrano, presidenta de la Asociación de Pescadores del Golfo de Nicoya, para consultarle su opinión sobre el subsidio dado por el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), no obstante, no obtuvimos respuesta.
“Durante el período de veda, estará prohibida la pesca en el área delimitada por una línea recta imaginaria que abarca desde Punta Torres hasta el Faro de la Isla Negritos afuera y desde allí hasta la parte este de Punta Cuchillos en la Península de Nicoya, así como aguas adentro hasta la desembocadura del río Tempisque en el Golfo de Nicoya”, señaló Incopesca.
Cabe resaltar que para mantener en regla dicha veda se tendrá cooperación con el Ministerio de Seguridad Pública, de modo que se llevarán a cabo operativos de control y vigilancia para garantizar el cumplimiento de las regulaciones durante la época.
Las personas que incumplen la prohibición se exponen a sanciones que van desde uno hasta 25 salarios mínimos dependiendo de la cantidad de especies y el daño ambiental que hayan realizado.
Asimismo, habrá muestreos biológicos para verificar las tallas legales de primera captura y evaluar el comportamiento reproductivo de las especies.
“Esta veda de pesca es fundamental para preservar la biodiversidad marina y asegurar el aprovechamiento sostenible de los recursos pesqueros en el Golfo de Nicoya.
El Incopesca reitera su compromiso con la conservación del medio ambiente y la promoción de una pesca responsable y sostenible”, manifestó Heiner Méndez, ministro de Pesca y Acuicultura.