Tras el allanamiento que sorprendió a clientes y trabajadores del Bar Royal, en Cartago, conocido popularmente como “Tencha”, así como en la residencia del dueño y presunto líder de una banda de tráfico de mujeres, se detuvo a 3 hombres costarricenses por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual contra varias trabajadoras del recinto.
En el establecimiento se rescataron 6 de estas mujeres, 2 costarricenses y 4 extranjeras.
En este operativo participaron funcionarios de la Policía Profesional de Migración (PPM) en compañía de la Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes, logrando la captura de los hombres de apellidos Portuguez Figueroa, Obando Portuguez y Martínez Guerrero.
Según las investigaciones, Portuguez Figueroa es el dueño y administrador del local, mientras que Obando Portuguez se dedicaba a controlar las funciones de las mujeres, a las que, según autoridades de Migración, mantenía bajo amenazas. Por su parte, Martínez Guerrero era guarda, por lo que ejercía el control de quién salía y quién entraba.
“El delito de trata de personas es el peor delito que se le puede hacer a una persona, ya que la víctima pasa de considerarse ser humano a convertirse en un objeto para obtener dinero, violentando sus derechos humanos y se le corta la posibilidad de tener una vida digna, es por eso que nuestra institución lucha contra este crimen”, manifestó Enrique Arguedas, director de la PPM.
UN MAL NECESARIO
DIARIO EXTRA conversó con los vecinos del bar, quienes manifestaron que no da problemas a la comunidad; dicen que, si adentro sucede algo, se queda allí dentro.
Así mismo, aseguraron que aunque en ocasiones se escucha un poco alto el volumen de la música, normalmente a las 11 p.m. ya “todo está tranquilo”.
Armando Granados Brenes, quien vive en una casa ubicada en la esquina siguiente del bar, aseguró que el establecimiento no es un tema de preocupación en la comunidad.
“A diario salen muchachas que trabajan allí y salen a comprar, yo las veo que van de compras y ni hablan (…) Ese bar tiene de estar allí más de 60 años y vimos eso (el allanamiento) como algo normal, un operativo”, declaró.
Los lugareños aseveran que en el bar no laboran menores de edad. “Ellas salen de allí con su llave porque viven allí, afuera uno ve a los que salen a fumar y ya. Lo que se sabe es que es un bar de prostitución, adentro hay cuartos, pero no ocasionan problemas a nadie”, agregó.
Por su parte, otro vecino que prefirió mantener el anonimato afirmó que “allí se ven carros donde se negocia drogas, las mujeres son adultas, dominicanas, cubanas, venezolanas. Allí llegan en carros, se bajan y entran, allí no están contra su voluntad, son un mal necesario para muchos”.
DENUNCIA
Fuentes confidenciales aseguraron a El Periódico de Más Venta de Costa Rica que el allanamiento obedece a denuncias que realizaron dos de las afectadas.
Aparentemente el guarda les cobraba un monto cuando querían salir, además si manifestaban sentirse enfermas, o bien cuando estaban con la menstruación, también debían pagar para “no afectar las finanzas del negocio”.
Al parecer las obligaban a tener sexo con ellos luego de haber atendido a un cliente y supuestamente la peor parte la llevaban las que iban ingresando, pues, según afirman, las ponían a tener relaciones sexuales con otras mujeres mientras ellos observaban.
MEDIDAS CAUTELARES
Los detenidos durante el allanamiento fueron puestos a la orden de la Fiscalía del Ministerio Público en espera de las posibles medidas cautelares que se apliquen por el delito de tráfico de mujeres.