Nos dijeron que había capacidad para escanear el ciento por ciento de los contenedores desde Limón. Entonces la pregunta es: ¿qué pasó con el envío de 494 kilos de cocaína a Holanda? ¿Por qué no fue detectado por la tecnología y las nuevas autoridades?
Resulta hasta risible que el señor ministro de Seguridad, Mario Zamora, diga que se enteró de este hallazgo por medio de la prensa, cuando se trata de información que él debería tener de primera mano, siendo la cabeza de la estrategia Operación Soberanía.
Si es verdad que existen decomisos por país de destino, todos los costarricenses deberíamos conocerlos. Se trata de información que tendría que ser pública.
Como dicen por ahí: “El que nada debe, nada teme”, de modo que es hora de comunicar si la estrategia ha dado resultados, o si por el contrario debe de ajustarse.
¿Pero cómo podemos saber eso si no se tiene información primaria? Hubiéramos esperado que el señor Ministro dijera abiertamente si se han dado otros decomisos en diferentes países destino y qué es lo que se hará para combatirlo.
Entendemos que para ese momento el escáner por el que debía pasar la carga estaba dañado y hubo un detenido por esa situación, sin embargo, ¿cuáles son las medidas para que otros equipos no resulten dañados?
El problema es cuando estos vacíos de información generan suspicacia tanto entre la prensa como la población. Nos queda un sinsabor acerca de si realmente hay conocimiento de lo que se está haciendo.
Si es falso que se han dado otros decomisos aparte del detectado en Holanda, era el momento para frenar las especulaciones. Ahora, todo se queda en un mar de dudas.
Más aún es cuestionable que las autoridades de control de droga de un país no comuniquen a otro de manera inmediata cuando ocurre un decomiso, máxime si estamos hablando de 494 kilos de cocaína.
Además, nos dejan la idea de que cada vez incautamos menos cocaína, es decir que hay menos decomisos. ¿Cómo nos podrán explicar las autoridades estos movimientos?
La salida de la Policía de Control de Drogas (PCD) de las fronteras marítimas y aéreas es otro de los temas que todavía genera dudas. Los rendimientos de esta medida están por verse.
Actualmente, el narcotráfico está operando en dos vías, consumo local y las rutas de tráfico internacional, especialmente hacia Europa.
Nos prometieron escáneres en todos los puntos de ingreso y salida de mercancías, presencia de la Fuerza Pública en puertos, aeropuertos y pasos fronterizos, y personal para visualizar las imágenes de manera remota.
Adicionalmente, drones, sensores de movimiento y cámaras para garantizar la no contaminación de los contenedores escaneados.
El problema sin duda se sigue focalizando en Limón, desde donde está saliendo buena parte de las exportaciones, lo cual nos acarrea no solo un problema de imagen como país, sino que atesta un golpe a la economía.
Es fundamental una comunicación articulada entre las distintas autoridades policiales y de seguridad para tener certeza de si la estrategia planteada es la correcta.