El bicarbonato de sodio, comúnmente conocido como “bicarbonato” suele estar en el armario de las medicinas, sin embargo, sus utilidades van desde la cocina, limpieza, cosmética y la higiene.
Entre sus usos alternativos y curiosos se puede destacar, corregir la acidez de la salsa de tomate casera, tiende a quedar un poco ácida, por lo que se precisa neutralizarla para mejorar su sabor. Algunas personas le añaden azúcar para disimular la acidez, pero es una idea más sana añadir una pizca de bicarbonato y remover para que se neutralicen los ácidos.
Uso como blanqueador de los dientes, si bien con cautela porque puede producir alergias en las encías y además resulta abrasivo, por lo que se debe limitarse su empleo a un par de veces al mes. Basta con hacer una pasta con agua y ponerla en el cepillo.
Como desodorante, gracias a su efecto neutralizante de ácidos puede ser útil para combatir el mal olor y evitar así los componentes de los desodorantes. El bicarbonato neutraliza los ácidos volátiles producto de la fermentación por parte de las bacterias de la dermobiota, eliminando así malos olores.
El bicarbonato también puede usarse para limpiar metales preciosos, especialmente oro y plata, ya que es un poderoso desincrustante. Se hace una pasta de agua y bicarbonato y con un cepillo de dientes se frota la mezcla sobre la superficie, después se pasa un paño seco y quedarán brillantes, casi como el primer día