La posible infiltración del narcotráfico en el financiamiento de campañas políticas genera profunda preocupación, máxime cuando hemos visto casos sospechosos durante la pasada campaña.
La Organización de Estados Americanos (OEA) recientemente hizo un llamado de atención que debe ser tomado por los partidos políticos y las autoridades electorales con la mayor seriedad.
La principal advertencia es revisar el esquema de financiamiento de las campañas políticas para que no queden espacios que hagan que los aspirantes consigan dinero fácil.
Invertir dinero en estos procesos es un elemento que puede influir en que uno u otro actor gane más adeptos en la contienda.
Hemos visto cómo los candidatos buscan financiamiento y, muchas veces, al encontrar cerradas las puertas de los bancos, deben recurrir a otras vías.
Sabemos de casos de partidos políticos grandes, e incluso que llegaron hasta las presidenciales, que recibieron una negativa de las entidades financieras.
Parte del problema es que, como toda operación, el poner dinero para campañas políticas implica un riesgo y los bancos deben de cubrirse ante una eventual pérdida.
Hemos visto que los aspirantes terminan buscando algún empresario o grupo que puedan respaldarlos desde el punto de vista económico, sin embargo, se trata de un financiamiento que debe ser saldado a largo plazo.
Hoy sabemos de casos de diversas agrupaciones políticas que han terminado en los tribunales de justicia por situaciones anómalas, en las que no todos los gastos son reportados.
Al final, todos hablan de transparencia, pero, una vez que se da la liquidación, otro es el verso. Cabe destacar que resulta vital investigar a profundidad estos casos por parte del Ministerio Público.
Y en los partidos políticos pasa como con otros expedientes, donde nadie sabe en qué terminó el caso. O pueden transcurrir años hasta que la ciudadanía conozca qué fue lo que ocurrió.
Tenemos claro que la normativa electoral establece una serie de parámetros en materia de financiamiento, no obstante, cuando ocurren este tipo de casos todo parece indicar que no son suficientes.
Aunque la gente pueda decir que es un show, cada vez que hay elecciones salen inconsistencias en los reportes de ingresos de dinero que no se reportan al Tribunal Supremo de Elecciones, o gastos que no se sostienen de una fuente válida de financiamiento.
Esperamos que las interrogantes que lanza la OEA sean tomadas en cuenta y que haya mayor rigurosidad, porque, como dicen, “Favor con favor se paga” y ningún aporte es de gratis. Aun cuando no es posible restringir del todo que grupos del crimen organizado participen del proceso electoral, creemos firmemente en que sí se puede tapar esos huecos a través de los que el narcotráfico se podría estar colando.