A pesar de que el Ministerio de Educación Pública (MEP), a través del Consejo Nacional de Enseñanza Superior (Conesup), está obligado a velar por la calidad educativa de los centros universitarios privados, lo cierto es que muchos de ellos prefieren invertir en sacar certificaciones para demostrárselo a sus alumnos.
Este proceso suele costarles miles de dólares a las universidades, ya que no se trata solo del pago por la valoración y posterior certificación de la carrera, sino que en muchos casos va de la mano con cambios en la infraestructura educativa, como ejemplo creación y equipamiento de los laboratorios.
Por esta razón solo se certifican aquellas carreras donde el mercado es más competitivo. No obstante, con el nuevo convenio que acaba de firmar el MEP con el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (Sinaes), este plus comercial también será una forma de sortear el engorroso trámite administrativo que significa hacer cambios curriculares ante el Conesup.
“Con este convenio estamos promoviendo que más universidades busquen certificarse para no tener que pasar por el Consejo, lo cual es un ahorro importante en tiempo”, explicó el ministro de Educación, Leonardo Garnier.
De manera que a la vez que el gobierno se asegura que hay un ente externo a él que se encuentra vigilando la calidad de los centros educativos privados, estos se ahorran la burocracia administrativa.
El costo de cada certificación varía dependiendo de la carrera y siempre es trasladado a los alumnos a través de la matrícula.