Posiblemente, en la actualidad las generaciones jóvenes no saben quién es José León Sánchez, y algunos por la “literofobia” (si es que cabe el neologismo) ni siquiera habrán escuchado sobre la novela autobiográfica “La isla de los hombres solos”.
Pese a lo anterior, es justo exaltar algunos aspectos en torno a la vida de José León. Cabe decir que nace en un remoto poblado cerca de la frontera norte, y de la etnia de los aborígenes huetares. Se dice que su madre lo llevó siendo aún muy niño hasta la ciudad de Alajuela para venderlo o cambiarlo por algo. Finalmente, la mujer lo regaló a un comerciante, quien luego lo dejó en el hospital San Rafael en Alajuela y después fue recluido al Hospicio de Huérfanos, de donde se fugó.
En 1950, se comete el atroz robo del ajuar de la imagen de la Virgen de los Ángeles, y que da como resultado la muerte de uno de los custodios de la Basílica de Cartago. Los detalles del robo nunca quedaron bien claros, eso sí, se culpó a José León del acto, por lo que fue condenado a cadena perpetua y confinado a la isla de San Lucas. Ser llevado a ese sitio a menudo implicaba morir por los maltratos que cometían los guardias del penal contra los reos, aunado a la mala alimentación y poca o nula asistencia en materia de salud.
Es más, hablar de la isla San Lucas en aquellos tiempos era como remitirse a una imagen de la terrible prisión de la isla de Alcatraz en los Estados Unidos.
En el caso de José León, fue testigo y víctima de todos esos vejámenes; pero su temple lo hizo superarse y aprovechó que otra persona le enseñara a leer y escribir. En dado momento empieza la novela ya citada. Cabe decir que, siendo preso José León en San Lucas, escapa a nado, pero es detenido en puerto Caldera y remitido a la Penitenciaría Central.
Entonces, en materia penal algunos Gobiernos empiezan a realizar importantes reformas. Entre esos hechos, don José León fue absuelto y tiempo después viajó a México. Cabe decir que en dado momento el mismo sistema judicial costarricense declaró inocente a Sánchez sobre los hechos que se le imputaron.
Respecto a su novela más célebre (“La isla de los hombres solos”), al principio ningún editorial (como en la mayoría de casos) quiso publicarla, entones él mismo empezó a publicarla (rudimentariamente) mediante la ayuda de un polígrafo.
Sin embargo, algunos advirtieron la importancia literaria e histórica de la obra y esta por fin empezó a ser editada masivamente (se estima que se han hecho más de 3 millones de copias). Incluso, la historia es llevada al cine en 1973 (filmada en México) gracias al director mexicano René Cardona, y en Costa Rica se grabó una radionovela sobre este tema.
Pero el quehacer de Sánchez no queda allí, pues se ha destacado como escritor de cuentos, ensayos históricos, antropológicos y sociológicos, obras de teatro y muchas de sus creaciones le han merecido notables reconocimientos y premios literarios, además de ser publicadas en ediciones de millares y hasta de millones, como es su obra “Tenochtitlán”. Es más, justamente este escritor merece ser propuesto para el Nobel de Literatura, por su gran labor.
Y es que José León es notable ejemplo de aquel hombre que supo sacar de la adversidad aspectos positivos, claro, él es poseedor de una notable genialidad como literato, pese a que la sociedad de su tiempo quizás no le dio la oportunidad de realizar importantes estudios académicos. Eso sí, en un buen momento de su vida se le dio la oportunidad de estudiar Derecho, en la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
De este modo, si valoramos el esfuerzo de José León, no cabe la justificación de que tantos jóvenes que hoy tal vez tienen mayores oportunidades de acceso a la educación pública, se la pasen perdiendo el tiempo, en drogas o le tengan aversión a leer e instruirse para enriquecer el alma.
*Comentarista de temas cotidianos