Desde hace algunos años, en noviembre se ha venido incrementando la costumbre entre los caballeros de dejarse el bigote como un símbolo de la lucha contra el cáncer de próstata.
También en este mes veremos muchas fotografías en redes sociales teñidas de azul y hasta algunos edificios se iluminarán con este color por el mismo motivo.
Todo esto es parte de una iniciativa llamada Moverber, con la cual se pretende crear consciencia para que cada vez más hombres logren detectar a tiempo este padecimiento que anualmente acaba con la vida de mucha población masculina en Tiquicia.
Sin embargo, aunque estas iniciativas tienen buenas intenciones, no evitan que un alto porcentaje de costarricenses sean diagnosticados con este tipo de cáncer.
Según las estadísticas brindadas por la Caja Costarricense de Seguro Social, 1 de cada 7 hombres puede llegar a tener este tipo de cáncer, aunque la mayoría de los casos se da luego de los 50 años, los hombres más jóvenes no están exentos por lo que no pueden descuidarse.
Pero también es alarmante saber que 1 de cada 16 diagnosticados puede fallecer, por lo que hay que pensar en todas esas familias que se quedan sin sus hombres queridos, muchas veces por no acudir al médico.
Además, no podemos pasar por alto que se dan al menos 450 fallecimientos anuales por esta causa, que lo convierte en el cáncer de mayor mortalidad entre pacientes masculinos.
Resulta vital tener claro que conservar el vello facial no salvará a nadie. Los hombres deben ir al médico a revisarse, pues el tumor de esta glándula sin lugar a dudas está entre los más mortíferos. Deje la pena al lado porque una actitud irresponsable o evasiva con respecto a su salud no le dejará nada positivo.
La lucha contra ese cáncer se debe dar los 365 días del año y no limitarse a un mes. Lo mismo pasa con el de mama, cuyo mes representativo es octubre, en el que se realizan diversas campañas, aunque el resto del año desgraciadamente no se ve mayor concientización. Siempre se debe prevenir dicha enfermedad, en cualquiera de sus formas.
En el caso de los hombres, además del temido examen de la próstata, pueden hacerse la prueba del antígeno prostático en sangre, el cual no es tan invasivo y quizá atormenta un poco menos a los caballeros, quienes muchas veces dicen ser el sexo fuerte pero cuando se trata de este tipo de análisis no son tan valientes como pregonan. El examen de próstata solo toma unos segundos y para nada representa una amenaza a la masculinidad. Cabe destacar que, además del tacto rectal y el antígeno prostático específico, también se maneja el ultrasonido como una tercera opción.
Es momento de que los hombres en edad de someterse a esta revisión dejen los prejuicios y acepten que este examen en nada afecta su masculinidad. Si las mujeres pensaran de esa manera tan cerrada no se harían el Papanicolaou y, en consecuencia, no se salvarían tantas vidas mediante un tratamiento oportuno.
Los ticos debemos aprender a no ser tan apáticos en temas tan delicados como la salud, con los que se busca generar conciencia en los hombres.
Mensualmente se detectan entre 8 y 10 casos de cáncer de testículo, sin embargo, lo peor de todo es que afectan a hombres de 15 a 40 años, así que no constituye un problema de salud que solo se presenta en varones de la tercera edad. Cada uno puede hacer la diferencia, no solo dejándose el bigote, sino también incentivando a familiares y amigos a que se practiquen esta prueba. Lo ideal es no esperar los síntomas, tales como ardor o dificultad para orinar o detener el flujo y sentir ganas constantes de ir al baño.
Lo importante de hacerse este chequeo médico es descartar la presencia de este padecimiento y, en caso de que se tenga, diferenciar un tumor benigno de uno canceroso.
Los hombres deben saber que por someterse a estos procedimientos no son más ni menos masculinos, urge dejar de lado el machismo para salvar su vida.
Estamos en la obligación de animar a nuestros padres, esposos, hermanos o amigos a consultar con el urólogo, la cita no debe esperar.
Es necesario que los hombres se hagan esta revisión para asegurarse que todo marche bien con su salud, en especial si en su familia hay antecedentes de este padecimiento.