El tiempo vuela, el curso lectivo avanza y pronto se repetirá una historia de todos los años, aparecen empresas que van a los colegios a ofrecer los tests para que los estudiantes “sepan” qué deben estudiar.
La aplicación de tests tiene en muchas ocasiones, un costo económico y las familias hacen una inversión para que a sus hijos o hijas se los apliquen. Sin embargo, es riesgoso tomar una decisión tan importante basándose en un test que la mayor parte de las veces proporciona información incompleta o que quizás no concuerda con las características de nuestro país porque fue elaborado para otros contextos.
Toda decisión implica consecuencias y resultados, positivos y negativos, de manera que si una persona deposita en un resultado una elección de tal magnitud para su vida y su futuro, tendrá que enfrentar las consecuencias de tal decisión.
Un test es apenas un instrumento, un apoyo para que el profesional lo interprete según el contexto y las circunstancias que rodean a la persona. Además, ese especialista debe ser un profesional en Orientación, que es la persona preparada académicamente para dar la orientación vocacional.
Los tests son utilizados como una estrategia de mercadeo para atraer a los muchachos que cursan el último año de secundaria. Y es que no es para menos la tentación, el año pasado, un total de 37.775 estudiantes presentó las pruebas de bachillerato; pero independientemente de los resultados, este grupo de personas (aproximadamente el 1% de la población costarricense y 9% de jóvenes de 15 a 19 años de edad de acuerdo a datos del INEC), tenía la tarea de decidir qué harían después del colegio.
El ingreso a la universidad o al mundo laboral, es una etapa de transición en la que la persona joven no siempre tiene claro hacia dónde va; supone hacer reajustes y tomar un conjunto de decisiones, aunque es responsabilidad de cada joven, está condicionada por las expectativas de la familia, por la situación económica, política y social de Costa Rica, por la diversificación de las ocupaciones y profesiones, por las condiciones del mercado laboral y la oferta de carreras de educación superior o parauniversitaria entre otras circunstancias.
La escogencia de una carrera es una de las decisiones más importantes en la vida, por lo que es razonable estudiar con detenimiento sus implicaciones. Cada alternativa adoptada significa la creación de nuevas posibilidades de vida y la exclusión de otras
Algunas personas acuden a los tests vocacionales para que les indique qué carrera estudiar.
Pero, ¿sabe usted qué miden estos tests? ¿Son realmente eficaces para elegir una carrera? ¿Quién o quiénes los elaboran? Justamente estas son las preguntas que debe hacerse antes de atreverse a contestarlos.
Si usted lo va a aplicar debe revisar los antecedentes profesionales de la persona, empresa o institución que está ofreciendo la evaluación y solicitar la ficha técnica que le ayudará a entender lo que se está midiendo, el proceso que se siguió para su elaboración o adaptación para la población costarricense, el uso, propósito y la interpretación de los resultados. Si tiene alguna duda puede hacer la consulta al Colegio de Profesionales en Orientación al teléfono 2280 7425.
Recuerde que los centros educativos públicos y algunos privados tienen profesionales en Orientación a quienes les corresponde apoyar en esta decisión a los jóvenes estudiantes.
*Colegio de Profesionales en Orientación