La recién promulgada Ley 10512 introduce un marco innovador para fomentar la formalización y el crecimiento sostenible de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en Costa Rica. Esta normativa tiene implicaciones profundas al simplificar procesos tributarios, incentivar la innovación y establecer mecanismos de apoyo para los sectores más vulnerables de la economía.
Uno de los puntos más relevantes es el régimen de tributación simplificada que facilita el cumplimiento fiscal de las microempresas y los pequeños productores agropecuarios, eliminando la obligación de emitir facturas en ciertos casos. Esto no solo reduce la carga administrativa, sino que también promueve la inclusión de sectores históricamente rezagados en el sistema tributario “formal”.
Además, se han implementado incentivos fiscales clave, como la deducción de gastos en investigación, capacitación e innovación, que están dirigidos a fortalecer las capacidades técnicas y humanas de las mipymes. Estas disposiciones subrayan la apuesta por la modernización y competitividad de las empresas nacionales.
La Ley 10512 también establece un régimen especial de contribución a la seguridad social para emprendedores y microempresarios. Este mecanismo, que aplica durante un período único de cinco años, incluye contribuciones diferenciadas y tarifas reducidas en pólizas de riesgos laborales. Tales medidas buscan aliviar las cargas económicas de las microempresas, fomentando su sostenibilidad en los primeros años de operación.
En síntesis, esta legislación representa un compromiso del país con el fortalecimiento de su tejido empresarial. La Ley 10512 no solo simplifica y optimiza procesos, sino que también genera un entorno más equitativo y propicio para la innovación y el desarrollo económico inclusivo. Sin duda, una iniciativa que marca un antes y un después en el apoyo estatal hacia las mipymes.