Tres prestigiosos periódicos de Estados Unidos, Holanda y Alemania han catalogado a Costa Rica como un “paraíso invadido por la cocaína”.
¿Cuándo entenderemos que la defensa de nuestra soberanía, la seguridad ciudadana y el futuro del país se fundamentan en una estrategia integral y paralela de “mano dura” y “mano inteligente” y, ambas, dentro de nuestro Estado Social de Derecho? No hay ninguna otra solución.
Son las poderosas mafias internacionales del narcotráfico, unidas a las mafias nacionales, las que violentan nuestra soberanía e independencia nacional.
Lo primero es dotar al Ministerio de Seguridad Pública, al OIJ y al resto de los cuerpos de Policía de suficientes recursos presupuestarios y número de policías bien pagados y asegurados, armas, medios de transporte, tecnología de punta y obligarlos, incluyendo a las Policías Municipales, con una reforma a la Ley General de Policía, a coordinarse operativamente para sumar capacidades, recursos y ser mucho más poderosos, efectivos y funcionales.
Dispone esa olvidada ley que, en un Consejo de Seguridad, el Presidente de la República, como Comandante en Jefe, junto con los ministros de la Presidencia, Seguridad Pública, Justicia y Relaciones Exteriores y con invitados de los otros Poderes del Estado (el Presidente de la Sala III Penal, el Presidente de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico, el Fiscal General de la República y el Director del OIJ), definan, ordenen y evalúen políticas de Estado integrales y paralelas de seguridad, para combatir eficazmente, en sus causas sociales y económicas y no solo en sus efectos delictivos y criminales, el trabajo de investigación, prevención, contención y represión de los cuerpos de Policía.
Aceptemos con realismo que Costa Rica no puede sola y necesitamos la activa cooperación de agencias especializadas y de inteligencia de los países amigos.
Colocar “escáneres” es importante y también reformar las leyes penales, como se ha estado haciendo y para bien. Está pendiente una gran reforma judicial y resolver el fundamental tema carcelario y, sobre todo, hace falta mucho más presupuesto para el Ministerio de Seguridad Pública y el OIJ y que el Consejo de Seguridad implemente esa visión integral y paralela de necesaria “mano inteligente” y combatir las causas y no solo los efectos del narcotráfico.
Al menos, en seguridad, necesitamos un Acuerdo Nacional o terminaremos siendo un país fallido. Pero, unos y otros, hemos sustituido el diálogo democrático por el ataque y la polarización. ¡Grave error político nacional!
¿Y usted qué opina?