Detrás de la medalla de oro que consiguió Andrea Vargas el martes en la prueba 100 metros vallas de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, hay una historia de sacrifcio.
Para la puriscaleña nada ha sido color de rosa. Con entrega sacó la carrera de derecho y le ha puesto empeño a la crianza de su hija Avril, de 3 años de edad, igual que atiende el hogar que formó con su esposo José David Jiménez, todo sin descuidar los entrenamientos junto a su entrenadora y madre Dixiana Mena.
Ese proceso que ha seguido la atleta de 22 años ha sido una cadena de buenos momentos, en los que las risas saltaron al primer plano, y las lágrimas también han sido parte de su experiencia deportiva, por la serie de sacrificios que le ha tocado enfrentar para construir una medalla de oro que a hoy es el mejor logro deportivo que suma en sus vitrinas.
Así lo cuenta su hermana Noelia, quien también es deportista, solo que ella se dedica a la marcha. La atleta de 18 años contó a DIARIO EXTRA que detrás de la marca de 12.90 con la que Andrea Carolina se quedó con el oro, están las ganas de ser mejor cada día en lo que la apasiona, pero también en los otros apartados de su vida.
Por ejemplo, Andrea muchas veces tiene que levantarse de madrugada para ir a entrenar con su hija. Bien temprano ya están en el Estadio Nacional y la pequeña Avril siendo la inspiración de la velocista.
“Son muchos sacrificios los que ha realizado, en cada entrenamiento sale a dar el máximo, le toca cuidar a la chiquita, a veces tiene que llevarla temprano al estadio, madrugar y todo eso”, manifestó Noelia, quien con orgullo dice que su hermana la inspira a mejorar día a día. “Ella me ha inspirado desde pequeña, de hecho hizo que yo empezara en el atletismo, y verla ganar esa medalla es un gran orgullo para toda la familia”.
La pequeña Avril, sin entender bien el enorme logró que obtuvo su mamá, se puso a brincar delante el televisor, misma actitud que tuvieron Noelia, don Juan Manuel Vargas y un vecino, luego de que Andrea pasara la línea de meta.
“Visualizábamos que podía ganar la medalla de oro, mi entrenadora la motivó bastante, se entrenó muy duro, solo esperábamos que no cometiera ningún error, porque una pequeña falta en este tipo de pruebas puede ser fatal”, citó la joven marchista Noelia.
Todos sus familiares fueron invadidos por los nervios, y en el caso de Noelia, los 12 segundos pasaron en cámara lenta. Luego todos lloraron de la emoción y los gritos se apoderaron de la casa.
“Todos saltamos de alegría, muy contentos por ese logro, fue la primera medalla de oro para Costa Rica en estos juegos Centroamericanos y del Caribe”.
Las dos se dan ánimos cuando no quedan fuerzas para seguir adelante, y se ven juntas en los Juegos Olímpicos Tokyo 2020.
“Ha sido una etapa de altos y bajos que ella ha superado y muy contentos por la conquista”, enfatizó Noelia, quien comenzará el proceso de 20 km marcha para buscar el otro año la marca a las justas olímpicas.