Lo que parecía una captura de rutina terminó en la huida a desbandada de las autoridades del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de San José.
La historia es que la Unidad de Capturas iba a detener a José David Bustos Sandoval, de 26 años, pues tenía orden de captura del Tribunal de Flagrancia del Segundo Circuito Judicial de San José, en Goicoechea, por el delito de portación ilegal de arma.
Cuando los agentes judiciales llegan y logran la captura, una turba enardecida se les abalanzó, impidiendo que se llevaran al bicho.
Es más, Bustos estaba dentro de la unidad y fue de allí de donde sus compas lo sacaron para llevarlo nuevamente a una de las alamedas en Garabito para esconderlo.
De inmediato los agentes solicitaron apoyo y en un abrir y cerrar de ojos aquello estaba repleto de oijotos por todo lado. Fue ahí donde comenzó la cacería y fueron buscándolo casa por casa, pidiendo permiso en todas para entrar y buscar al sosepchoso, hasta que lo recapturaron y lo llevaron a una de las unidades.
Sin embargo cuando lo metieron al carro fue donde empezó la lluvia de piedras y botellas de vidrio que iban y venían, incluso hasta uno de los jefes de sección solicitó la retirada al ver cómo la situación se le salió de control.
La enardecida muchedumbre les propinaba golpes y patadas a las unidades judiciales que quedaron atrapadas y no pudieron salir del zaperoco a tiempo.
Cuando por fin lograron salir en la huida judicial los vehículos donde llevaban al detenido para colmo de males chocaron y la primera unidad en ingresar, que a su vez fue la última en salir, terminó con el parabrisas roto.
Otros de los vehículos judiciales presentaban hundimiento de lata producto de las pedradas recibidas.
Al final y después de hacer una valoración de daños en la Estación de Servicio Caribe, en la entrada a León XIII, se determinó que todo el personal judicial estaba sano y completo tras sudar la gota gorda.