Washington. (AFP) – Donald Trump se convirtió este lunes en el 47 presidente de Estados Unidos con la firme intención de devolver una “edad de oro” al país y transformarlo a golpe de decreto para erradicar la migración ilegal.
Su prioridad: expulsar a los migrantes en situación irregular e impedir su entrada. Para ello no escatimará medios.
El magnate de 78 años prometió firmar múltiples decretos para declarar la emergencia nacional en la frontera con México, bloquear la entrada de migrantes y deportar a “millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron”.
Añadió que resucitará su programa “Quédate en México” para que los migrantes esperen el desenlace del proceso migratorio del otro lado de la frontera y designará a los carteles como organizaciones terroristas extranjeras.
Abrirá más frentes diplomáticos, como cambiar el nombre del Golfo de México por el de “Golfo de América”, imponer aranceles a terceros países para ayudar a “enriquecer” a los ciudadanos estadounidenses y recuperar el control del Canal de Panamá.
“China está operando el Canal de Panamá y nosotros no se lo dimos a China”, insistió el republicano.
Para el analista político Sergio Araya, el discurso de Trump fue consecuente con el estilo político que impera hoy en muchos países.
“Son discursos más efectistas, más para generar reacciones en redes digitales que realmente con su contenido, con una retórica muy beligerante, inclusive potencialmente mediática, pero que muchas veces no está conectada con aspectos de contenido, con aspectos sustanciales”, explicó.
El millonario promete al país una “edad de oro” y poner fin al “declive” para que Estados Unidos vuelva “a ser respetado en todo el mundo” y una nación en crecimiento que plantará la bandera en Marte.
El experto agregó que Trump perfectamente puede emitir algunos decretos, disposiciones y directrices que la Constitución le otorga, pero hay otras que se plantean en términos aspiraciones más que en realidades.
“La carga simbólica que contiene cambiar el nombre al Golfo de México, eso no es tan sencillo. Eso es un nombre registrado ante Naciones Unidas, no es simplemente la decisión arbitraria antojadiza de cualquier presidente de los Estados Unidos, inclusive de la República Mexicana”, aseguró.
En otras palabras, son estrategias que se emplean en la geopolítica, según el analista, para enviar mensajes que en el pasado tenían un corte más militar y ahora tienen una carga más simbólica.
“En el caso de Panamá, como se dice popularmente, le hablo a Juan para que entienda Pedro”, señaló Araya, haciendo referencia a la fuerte influencia de China en el país centroamericano.
Costa Rica podría sufrir el impacto de los aranceles que Trump pretende imponer a los productos y servicios que Estados Unidos importa, lo que golpearía por ejemplo al régimen de zona franca a nivel local.