Washington. (AFP) – Donald Trump tendrá un control casi total sobre los resortes del Gobierno estadounidense ahora que los republicanos sumaron la Cámara de Representantes a sus victorias en la Casa Blanca y el Senado.
Puede apoyarse en cinco factores clave a medida que impulsa su programa populista “Estados Unidos primero”.
Legitimidad democrática
Con una ventaja de más de 3 millones de votos según los resultados preliminares, Trump estaba listo para lograr una victoria abrumadora en el voto popular contra su rival demócrata Kamala Harris.
Trump va camino de convertirse en el primer presidente republicano en 20 años en lograr la hazaña, una vez que se certifiquen los resultados oficiales.
Trump, de 78 años, se aseguró una clara mayoría en el Colegio Electoral, que decide el presidente, al obtener 312 votos electorales frente a los 226 de Harris.
El magnate arrasó en los siete estados clave, ganando en cada uno de los campos de batalla que deciden las reñidas elecciones estadounidenses.
A diferencia de su victoria en 2016, cuando Hillary Clinton ganó el voto popular, esta vez Trump podrá reclamar una mayor legitimidad para impulsar su agenda reformista.
“Estados Unidos nos ha dado un mandato poderoso y sin precedentes”, declaró la noche electoral.
Las elecciones de mitad de mandato dentro de dos años serán la próxima oportunidad para que los demócratas pongan a prueba el poder de Trump.
CONTROL DEL CONGRESO
El miércoles, los republicanos fueron declarados el partido mayoritario en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, completando su barrida limpia en la elección de la semana pasada.
Después de más de una semana de recuento de votos, CNN y NBC proyectaron que el partido de Trump había alcanzado los 218 escaños necesarios para retener su mayoría en la Cámara baja de 435 escaños, habiendo arrebatado ya el Senado a los demócratas.
Tener el control de ambas cámaras del Congreso facilitará el camino para que se confirmen sus nominaciones para puestos clave de la administración y también puede permitirle impulsar su agenda radical de deportaciones masivas, recortes de impuestos y de regulaciones.
Habiendo depurado al Partido Republicano de miembros que no están alineados con su agenda “Make America Great Again” (Hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez), el presidente electo puede esperar poca resistencia interna.
Sin embargo, la mayoría de las leyes requieren una supermayoría de 60 votos para avanzar en el Senado, una cifra que los republicanos no alcanzarán.
GOBIERNO DE LEALES
Cuando Trump asumió el cargo en 2017 era un novato político y sus elecciones de personal consistieron principalmente en funcionarios republicanos experimentados y líderes militares.
Dado su comportamiento impredecible, los críticos del partido y los medios de comunicación calificaron a estas figuras moderadoras como los “adultos en la sala”.
Para su segundo mandato, el magnate inmobiliario no ha ocultado su intención de rodearse de leales.
Sus primeras elecciones lo confirman: anunció a su aliado Marco Rubio como jefe de la diplomacia, al presentador de Fox News Pete Hegseth como secretario de Defensa, al agitador derechista Matt Gaetz como fiscal general y a Elon Musk para dirigir un organismo de eficiencia gubernamental.
CORTE SUPREMA REFORMADA
Al nombrar a tres jueces de la Corte Suprema profundamente conservadores durante su primer mandato, Trump ayudó a anclar el poder judicial más importante del país a la derecha.
Con su mayoría conservadora de 6-3, la corte dio recientemente a los republicanos una serie de victorias judiciales, la más notable de las cuales fue la anulación del derecho nacional al aborto en 2022.