Los traumas infantiles son las heridas emocionales, las huellas de los problemas vividos en la infancia y que determinan en ocasiones cómo será nuestra calidad de vida cuando seamos adultos. Veamos con más detalle:
ORIGEN DE LA HERIDA
EMOCIONAL DEL RECHAZO
Rechazar significa resistir, despreciar o denegar, lo que podemos traducir en “no querer” a algo o alguien. Esta herida nace del rechazo de los padres hacia su hijo o en ocasiones, del sentirse rechazado por los progenitores, sin haber intención por parte de estos.
Ante las primeras vivencias de rechazo se comenzará a crear una máscara para protegerse de este sentimiento tan desgarrador que va ligado a la infravaloración de uno mismo y que se caracteriza por una personalidad huidiza. Así la primera reacción de la persona que se siente rechazada será huir, por lo que no es raro que siendo niños se inventen un mundo imaginario.
Ahora, este rechazo puede desencadenar consecuencias internas y externas: pasividad, apatía, retraimiento social, sentimientos depresivos, conductas autodestructivas, alteraciones nerviosas y problemas somáticos. Entre los comportamientos externalizados encontramos impulsividad, hiperactividad, desobediencia, conducta destructiva, falta de autocontrol y comportamiento violento.
¿CÓMO ES LA PERSONA
QUE TIENE LA HERIDA DEL RECHAZO?
La persona que padece la herida del rechazo se caracteriza por infravalorarse y buscar la perfección a toda costa. Esta situación la llevará a una búsqueda constante del reconocimiento de los otros que le costará saciar y será con el progenitor del mismo sexo con el que más presente se hará está herida y ante el que la búsqueda de amor y reconocimiento será más intensa, siendo muy sensible a cualquier comentario que proceda de él. Además, vive en una ambivalencia constante porque cuando es elegida no se lo cree y se rechaza a sí misma e incluso llega a sabotear la situación y cuando no lo es, se siente rechazada por los demás. Con el paso del tiempo, la persona que padece la herida del rechazo y no la sana, puede volverse rencorosa y llegar al odio, fruto del intenso sufrimiento vivido.
SANAR LA HERIDA EMOCIONAL
DE RECHAZO
El origen de cualquier herida emocional proviene de la incapacidad de perdonar aquello que nos hacemos o nos hacen los demás.
Cuanto más profunda sea la herida del rechazo, mayor será el rechazo hacia sí mismo o hacia los demás, el cual puede ocultarse tras la vergüenza. Además, habrá mayor tendencia a la huida, pero esta tan solo es una máscara para protegerse del sufrimiento generado por esta herida. La herida del rechazo se sana prestando especial atención a la autoestima, comenzando a valorarse y reconocerse por sí mismo sin necesitar la aprobación de los demás. Aunque no podemos borrar el sufrimiento vivido en el pasado, siempre podemos aliviar nuestras heridas y ayudar a que cicatricen para que su dolor desaparezca y optimizar nuestra calidad de vida.
La emoción al rechazo puede resolverse en psicoterapia a través de diferentes métodos, estas técnicas pueden ayudarte a reorganizar tu pensamiento de manera positiva. No dude en solicitar la primera cita para que podamos evaluarla. Teléfono: 8872 – 0670. Dra. Morales. Facebook: Psicología Clínica y Salud