Hace 5 años doña Ana Lutgarda, oficial Municipal de Tránsito, fue víctima de un atropello por parte de una conductora que, por no hacer caso a la orden de las autoridades, le pasó sobre el pie izquierdo. Debido a esto, estuvo 187 días incapacitada y con lesiones que la dejaron con un 4% de discapacidad en el miembro afectado.
Cuenta que no puede manejar mucho tiempo la motocicleta u otro vehículo, tampoco estar de pie, entre otras afectaciones. Al igual que ella, varios funcionarios de la Policía Municipal de Tránsito y de oficio se sienten desprotegidos en carretera.
“Un accidente causado por una señora que no respetó la demarcación de línea de barrera se negó a identificar y cuando trató de darse a la fuga me golpeó con su vehículo, utilizándolo como un arma, y luego me atropelló pasándome por encima de mi pie izquierdo para retirarse del lugar dejándome tirada en la acera.
Mi compañero le daba seguimiento y mi compañera me apoyaba psicológicamente porque el dolor era muy grande. En ese momento comenzó un largo proceso tanto de recuperación como legal.
Todo este proceso duró casi cinco años esto porque el viernes pasado, el 24 de noviembre, o sea 5 años después, me avisó mi abogado que habíamos ganado casación quedando en firme la sentencia, pero aun así el proceso no termina”, indicó la ofendida.
Y agregó que “se logró demostrar la culpabilidad de la señora que ha mostrado su mal actual, pero también me siento frustrada con un sistema penal que considera que cuatro años son suficientes para una persona que por irrespetar una ley de tránsito puso en peligro la vida de un oficial de Policía.
Porque yo tuve mucha suerte ese día pues solo salí con fracturas, raspones, pines y tornillos. No perdí la vida como le ha pasado a otros compañeros policías.
Me siento insatisfecha porque hoy en día estoy en tratamiento en la Clínica del Dolor por un diagnóstico de dolor crónico intratable como secuela de otras fracturas de un miembro inferior”.
Doña Ana espera que los conductores sean consientes de la falta de respeto que sufren los oficiales cada día de trabajo.
“El respeto a las leyes en carretera cada vez es mayor y el respeto por el policía cada vez es menor y no veo un buen futuro.
Si el costarricense continúa con esa mentalidad día a día vemos más muertes en carretera por conductores bajo los efectos de licor y por personas irrespetando las señales de tránsito, olvidándose de los buenos modales y de la tolerancia en carretera.
También personas con una doble moral que quieren dos tipos de policías: aquel que permita hacer todo lo contrario a la ley, por ejemplo, el borracho que venía manejando y te dice \’déjeme ir porque fueron solo dos cervezas\’ y ni siquiera se puede mantener en pie y el otro, el que quiere que arremeta con todo hasta con ilegalidades cuando son afectados, por ejemplo, cuando es su hijo el que sufre de un atropello”, concluyó.