La desesperación por conseguir lo que querían y el recurrir a torturas para intimidar a sus víctimas, se cree detonaron las muertes con arma de fuego de dos hombres dentro de un bar localizado en Pérez Zeledón la noche del domingo.
Además de los dos fallecidos, el incidente dejó con heridas por agresión a otras dos personas que se encontraban en el inmueble cuando se dio el fatal hecho.
El hecho se presentó en el sector de San Pedro de Pérez Zeledón, dentro del antiguo Bar La Victoria. En cuanto a los fallecidos, se les identificó como Carlos Rodríguez Solano, de 37 años de edad y dueño de local, y Sergio Morales Cordero de 30.
Walter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), comentó que los asesinos llegaron con la intención de cometer un asalto, pero presumen que en algún punto las cosas se salieron de control.
“Al sitio llegaron 4 personas dentro de un automóvil, todos con sus rostros cubiertos, de estos 3 portaban armas de fuego y otro llevaba un hacha (…) durante ese proceso generan disparos en contra de dos de las víctimas, causándoles la muerte”, dijo.
“Primero los golpean, un sujeto con el hacha amenazaba con desmembrar a alguno, los disparos fueron causados para amenazar y asustar a las víctimas y lograr como consecuencia del dolor que les entregaran lo que pedían”, continuó.
Los malhechores llegaron al local comercial a eso de las 7:00 p.m., se cree que por lo menos durante 60 minutos agredieron tanto física como psicológicamente a los presentes.
ALGO SALIÓ MAL
Según Espinoza, entre los actos de tortura, los sujetos dispararon contra los dos hombres para infringir dolor en sus cuerpos, pero las heridas que causaron eran más severas de lo que se esperaba.
Por ejemplo, al dueño del local de apellidos Rodríguez Solano, le dispararon en uno de sus glúteos y en su muslo izquierdo, pero la pérdida de sangre hizo que este falleciera en el Hospital de Pérez Zeledón.
Mientras que Morales Cordero presentaba un único impacto de bala en la espalda, sin embargo, este tocó órganos vitales, por lo que el sujeto perdió gran cantidad de sangre en cuestión de segundos, apagando su vida.
En cuanto a las otras dos víctimas del robo, se encontraban amordazados y presentaban varios golpes, uno de ellos es un empleado del local, mientras que el otro nada más llegó a dejar una comida.
De acuerdo con el relato de los sobrevivientes, los cuatro criminales se llevaron ¢200 mil en efectivo, además de registrar todo el negocio en busca de más cosas de valor.
“Tratamos de buscar indicios balísticos, estamos tratando de identificar a los que intervinieron en el hecho, hay varias hipótesis de trabajo y estamos en ese tema para establecer lo sucedido”, detalló Espinoza.
Dentro del establecimiento también se dio con una gran cantidad de licor de ingreso clandestino, que se cree es proveniente de la frontera sur, pero este tema será atendido por la Policía de Control Fiscal.