Mientras familiares y amigos de las dos mujeres fallecidas en un accidente de tránsito en La Virgen de Sarapiquí les daban el último adiós con una ceremonia espiritual y posterior sepelio, la policía andaba tras los pasos del sujeto que las mató con su vehículo.
Tal como lo informó DIARIO EXTRA, Nury Virginia Bejarano Esquivel de 23 años y su mejor amiga, Ariana Paola Vázquez de 22, murieron trituradas por dos carros luego de caer de la moto en que viajaban y ser impactadas por un vehículo de transporte informal.
Es precisamente el conductor de ese vehículo a quien las autoridades buscan, para que responda por las dos muertes.
“Tenemos identificado a un transportista informal que se dedica a esas labores en La Virgen de Sarapiquí. Es un hombre de 29 años y apellidos González Arana y lo estamos buscando para presentarlo a la Fiscalía de Sarapiquí. Es conocido con el alias de Toro”, dijo Nils Rojas, jefe del OIJ de Sarapiquí.
Al hombre lograron llegarle después de hallar su vehículo abandonado en una finca a tres kilómetros de donde ocurrió el accidente.
Los agentes llevaron a cabo varias operaciones con el objetivo de capturarlo, pero no lo han ubicado pese a manejar información de posibles lugares donde se puede ocultar.
PADRE DEVASTADO
Mientras los judiciales realizaban su trabajo, en la iglesia La Rambla se le hizo un homenaje a Nury Bejarano para posteriormente llevar sus restos al cementerio de Río Frío en Horquetas, al mismo tiempo que su amiga Ariana Vásquez fue sepultada en el cementerio de La Virgen.
Gonzalo Bejarano, padre de Nury y reconocido pastor en La Rambla, contó con pesar el sufrimiento que lo embarga al perder a su hija a quien califica como su inseparable.“Es muy duro, el Señor se llevó un ángel. Ella siempre estaba conmigo, nunca me abandonó, hasta pospuso sus planes de matrimonio para pasar un tiempo más juntos. Si alguien fue especial era ella, estuvo en todas las situaciones difíciles, era la que entendía mis tristezas, era mi consejera, mi amiga, mi bebé, la que me levantaba cuando estaba triste”, dijo Bejarano visiblemente afectado.
Nury estaba por sacar bachillerato, de hecho tenía en sus planes hacer el examen de matemáticas (única pendiente), además hacía trabajos agrícolas con su padre en una parcela que tenían y los fines de semana regresaban a casa para ayudar en labores de la iglesia.